El presidente de Rusia, Vladimir Putin, encabezó este miércoles un ejercicio de las fuerzas estratégicas del país, que incluyó el lanzamiento de misiles balísticos desde tierra, mar y aire. El objetivo era entrenar a las tropas para responder a un “ataque nuclear masivo” por parte de un enemigo.
El anuncio del simulacro se produjo poco después de que el Parlamento ruso ratificara la salida de un importante tratado que prohíbe las pruebas nucleares.
La tensión entre Rusia y Occidente se ha incrementado desde el inicio del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, donde Moscú apoya a los separatistas prorrusos. En varias ocasiones, altos funcionarios rusos han amenazado con recurrir al arma nuclear, aunque Putin también ha mostrado prudencia al respecto.
Misiles desde el espacio y el mar
Según el comunicado del Kremlin, Putin dirigió a distancia las maniobras, en las que se disparó un misil balístico intercontinental Iars desde el cosmódromo de Plesetsk (norte) y otro de tipo Sineva desde un submarino en el mar de Barents.
También participaron aviones Tu-95MS de largo alcance, que lanzaron misiles de crucero.
“Se realizaron entrenamientos de las fuerzas de tierra, mar y aire integradas en las fuerzas de disuasión nuclear, bajo el liderazgo del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, Vladimir Putin”, indicó el Kremlin.
El ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, explicó que estos ejercicios consisten en simular “el lanzamiento de un ataque nuclear masivo por fuerzas estratégicas en respuesta a un ataque nuclear enemigo”.
Su ministerio difundió imágenes en Telegram que mostraban un misil elevándose hacia un cielo nocturno envuelto en un halo de luz, así como un bombardero despegando de una pista.
La televisión pública rusa difundió un breve extracto que mostraba a Putin escuchando el informe de Shoigu y del jefe de Estado Mayor Valéri Gerasimov tras las maniobras.
Doctrina nuclear defensiva
La doctrina nuclear rusa prevé un uso “estrictamente defensivo” de las armas atómicas, en caso de ataque a Rusia con armas de destrucción masiva o de agresión con armas convencionales “que amenacen la existencia misma del Estado”.
Rusia se aleja de los compromisos de no proliferación
El mismo día que se realizó el simulacro de respuesta nuclear, el Parlamento de Rusia aprobó la salida del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (Tpce), un pacto clave para la no proliferación. La ley fue aprobada por unanimidad de 156 votos en la Cámara Alta y solo falta la firma de Putin para entrar en vigor.
Según Moscú, esta medida busca “restaurar la paridad estratégica” con Estados Unidos, que nunca ratificó el tratado. Sin embargo, esto podría provocar una escalada en la carrera armamentista.
Rusia no ha realizado pruebas nucleares desde 1990 y Estados Unidos desde 1992. Putin dijo a principios de octubre que no podía decir si su país reanudaría las pruebas nucleares.
Rusia ya se ha retirado de varios tratados de desarme nuclear en los últimos años, incluido el importante acuerdo New Start con Estados Unidos.
Además, en el verano de 2023 desplegó armas nucleares tácticas, menos poderosas que las ojivas estratégicas, en Bielorrusia, su aliado más cercano y vecino de Ucrania y de la Unión Europea.