Venezuela acusó el domingo a Guyana de negarse a dialogar sobre el diferendo territorial del Esequibo y de actuar con “arrogancia y hostilidad”, al servicio de la empresa petrolera Exxon Mobil. Por su parte, Georgetown defendió su recurrencia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para resolver la disputa, tras el fracaso de las negociaciones mediadas por la ONU.
“Guyana ha desplegado una serie de acciones ilícitas para disponer de áreas marítimas que están pendientes de delimitación, otorgando licencias de exploración en dichas áreas”. Así lo denunció Venezuela en un comunicado, en el que agregó que Guyana realizó exploraciones junto a Exxon Mobil “en áreas marítimas incontestablemente venezolanas”. Venezuela atribuyó la postura de Guyana a su “conducta servil a los intereses de la Exxon Mobil” y le pidió que “detenga la militarización de la zona”.
Venezuela también criticó la alianza de Guyana con el Comando Sur de Estados Unidos, al que acusó de instalar bases militares en el área en disputa. “El tutelaje de las empresas transnacionales se ha convertido en un peligroso estímulo a la perturbación de la paz regional y el incumplimiento de las obligaciones internacionales de este país”, afirmó.
Caracas insistió en que el Acuerdo de Ginebra de 1966 y el Derecho Internacional obligan a Guyana a negociar una solución pacífica al conflicto. Sin embargo, Guyana aseveró en otro comunicado que Venezuela usó más de dos décadas de “buenos oficios” para nada, debido a sus “tácticas dilatorias”. Por eso, el secretario general de la ONU, António Guterres, derivó el caso a la CIJ en 2018.
La CIJ se declaró competente para tratar el asunto, pese al rechazo de Venezuela a este proceso judicial. El Esequibo es un territorio de unos 160.000 kilómetros cuadrados que abarca casi dos tercios del territorio guyanés. Venezuela lo reclama desde el siglo XIX, estando entonces el Esequibo bajo control británico. El litigio se agudizó en los últimos años por el hallazgo de importantes yacimientos petroleros en la zona.
