La producción manufacturera de Venezuela sufrió una caída de 12,7% en el segundo trimestre de 2023, en comparación con el mismo período del año anterior, según la Encuesta de Coyuntura Industrial. Esta situación se debe, en gran medida, a la competencia desleal de productos importados que ingresan al país sin cumplir con los requisitos legales y tributarios.
Así lo afirmó el economista y socio-director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, quien explicó que muchos de estos productos llegan por vías irregulares o no pagan los impuestos correspondientes, lo que les permite ofrecer precios más bajos que los nacionales.
“Al consumidor poco le importa si el producto llegó por los caminos verdes, o si cumple con todos los pagos, él lo que está viendo es que es sustancialmente más barato y por eso lo compra”, aseguró en una entrevista para Onda La Superestación.
Los sectores más golpeados por esta realidad son el farmacéutico y el de alimentos, que además son los más demandados por los venezolanos, debido a la precaria situación económica que atraviesa el país.
“Los niveles de demanda están muy comprometidos. A una familia promedio en Venezuela, el dinero solo se le va en comida, medicina y servicios. Eso deja en mucha precariedad otros sectores”, señaló Oliveros.
Adaptarse a la nueva realidad
El economista recomendó que la industria nacional se adapte a la nueva realidad del país, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) se ha reducido a unos USD 100.000 millones, según el Banco Mundial, lo que representa una caída de tres cuartas partes del PIB de hace unos años, que se estimaba en unos USD 400.000 millones.
Por su parte, Víctor Salmerón, periodista especializado en economía y director de Gerentesis, coincidió con Oliveros en que la baja capacidad de demanda de la población y la competencia de productos importados son las principales causas del descenso de la producción industrial.
Además, agregó que la alta carga tributaria y los costos asociados al déficit de servicios básicos también afectan negativamente al sector.