Los servicios de Inteligencia de Estados Unidos sospechan que el interés de Rusia de centrar en el este de Ucrania su ofensiva militar no responde a objetivos a largo plazo sino a un “cambio temporal”, ya que considera probable que aspire a conectar la región ucraniana del Donbás con Transnistria, una región que ya ocupa Rusia en forma de república autoproclamada en el este de Moldavia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dio orden en abril de concentrar las operaciones militares en el este de Ucrania, pero la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Avril Haines, cree que solo está ganando tiempo para volver a “recuperar la iniciativa”.
Washington se prepara para “un conflicto prolongado”, en el cual Moscú “todavía tiene la intención de lograr objetivos más allá de la región de Donbás”, según Haines, que compareció ante la Comisión de Servicios Armado del Senado norteamericano.
Los movimientos rusos en la zona sureste evidencian el interés por conectar Donbás con la península de Crimea, pero la Inteligencia norteamericana ve factible que aspire incluso a llegar a Transnistria, para lo cual tendría que tomar regiones como la de Odesa. Haines señaló que, en cualquier caso, la evolución del conflicto es “impredecible”.
Amenaza atómica
Putin mantiene en alerta sus fuerzas nucleares, lo que mantiene en guardia a países occidentales como Estados Unidos. El director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, Scott Berrier, no descarta que llegue a recurrir a estas armas, pero solo si Putin percibe que la “existencia” de Rusia está en riesgo.
“A medida que esta guerra y sus consecuencias debilitan poco a poco a las fuerzas convencionales rusas, es probable que Rusia dependa cada vez más de su disuasión nuclear para señalar a Occidente y proyectar fuerza“, dijo Berrier ante la misma comisión, según la agencia de noticias Bloomberg.
En este sentido, Berrier no descarta que Rusia, pese a quedar debilitada por el conflicto, pueda emprender “acciones más agresivas” y que estas se extiendan más allá de Ucrania.