El senador demócrata Bob Menéndez, uno de los más influyentes del Congreso de Estados Unidos, se presentó el miércoles ante un tribunal de Nueva York para negar los graves delitos que le imputa la justicia de su país. El legislador, de origen cubano y férreo opositor al Gobierno de Cuba, está acusado de recibir sobornos, extorsionar y cometer fraude a cambio de favorecer a empresarios y al régimen egipcio.
Menéndez, de 69 años, llegó acompañado de su esposa Nadine, también procesada en el caso, al Tribunal del Distrito Sur de Manhattan. Ambos se declararon “no culpables” de los cargos que les presentó la fiscalía el pasado viernes, tras una larga investigación que reveló un entramado de corrupción y tráfico de influencias.
Según la acusación, el senador por Nueva Jersey habría usado su poderosa posición en el Senado para beneficiar a los empresarios Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes —también procesados— y al Gobierno de Egipto, que le habrían pagado con cientos de miles de dólares en efectivo, regalos costosos y un auto de lujo.
En la casa del matrimonio en Nueva Jersey, los agentes hallaron más de medio millón de dólares en efectivo ocultos entre la ropa, cajas fuertes y sobres. También encontraron lingotes de oro valorados en más de 150.000 dólares.
La fiscalía sostiene que Menéndez habría entregado información confidencial a Egipto, incluyendo datos militares, y habría presionado a altos funcionarios del Departamento de Agricultura para que tomaran decisiones favorables al monopolio que el Gobierno egipcio concedió al empresario Wael Hana.
Además, habría intentado influir en la justicia de Nueva Jersey para que archivara dos investigaciones criminales contra Uribe y Daibes.
Menéndez, que renunció “temporalmente” a la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado —desde donde ejerció una gran influencia en la política exterior estadounidense—, ha negado haber hecho nada ilegal y se ha resistido a renunciar a su escaño, pese a la fuerte presión que enfrenta.
“Son solo acusaciones”
El lunes, en su primera declaración pública, dijo que las acusaciones son “serias” pero “son solo acusaciones” y se mostró confiado en que será absuelto.
Se trata del segundo proceso por corrupción que enfrenta el veterano político de Nueva Jersey en ocho años. Su futuro inmediato puede poner en riesgo la escasa mayoría del Partido Demócrata en el Senado.
Senador desde 2006 y antes miembro de la Cámara de Representantes durante 14 años, Menéndez ha sido un leal demócrata en el Congreso durante tres décadas.
Como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado ha sido un duro crítico de la normalización de las relaciones con Cuba, un acérrimo enemigo de los gobiernos de Venezuela y China, y un defensor de Israel.