El dólar se desploma y algunos auguran el ocaso de su hegemonía

Foto: Pixabay.

El dólar sufrió la semana pasada su mayor descalabro desde noviembre y algunos analistas e inversores creen que se trata del inicio de un cambio de ciclo para la principal moneda de reserva mundial. De confirmarse esta hipótesis, las implicaciones serían enormes para las economías y los mercados financieros globales.

La moneda estadounidense se hundió a su nivel más bajo en más de un año, tras las señales de que la inflación se modera y las expectativas de que la Reserva Federal detenga pronto el alza de los tipos de interés. Los pesimistas sobre el dólar ven más allá y anticipan recortes inevitables de los tipos, algo que el mercado en general prevé para algún momento de 2024.

“Parte de nuestra visión de que el dólar entrará en una tendencia bajista de varios años se basa en que el ciclo de endurecimiento de la Reserva Federal se convertirá en uno de relajación, y esto arrastrará al dólar hacia abajo incluso cuando otros bancos centrales también bajen los tipos”, escribió Steven Barrow, jefe de estrategia del G-10 en Standard Bank, en una nota el viernes.

Tal como señala Bloomberg Línea, los efectos posibles de un desplome prolongado del billete verde son difíciles de exagerar. Abatiría los precios de las importaciones de los países emergentes, ayudando a mitigar sus tensiones inflacionarias. Un repliegue del billete verde también fortalecería monedas como el yen, que lleva meses depreciándose, y pondría en riesgo las estrategias de inversión populares ligadas a un yen más débil.

A nivel más general, una moneda estadounidense más débil favorecería las exportaciones de las empresas estadounidenses en detrimento de sus competidoras de Europa, Asia y otros lugares.

La caída del 2% del índice Bloomberg del dólar la semana pasada también impulsó las ganancias de las materias primas cotizadas en verde, como el petróleo y el oro.

Muchos inversores llevan meses esperando una tendencia bajista del dólar, y la liquidación ha hecho que gestores de fondos como M&G Investments o UBS Asset Management se posicionen para un mejor desempeño de monedas como el yen y las de los mercados emergentes.

“Lo más probable es que el dólar siga débil en los próximos meses”, sostiene Peter Vassallo, gestor de fondos de BNP Paribas Asset Management. Apuesta por ganancias para el dólar australiano, el dólar neozelandés y la corona noruega.

Vientos en contra y la curva de rendimiento real se aplana

La tendencia bajista dominante en el dólar está lista para mantenerse intacta mientras la curva de rendimiento real se aplane. Por ejemplo, uno de los mejores indicadores adelantados del dólar es la curva de rendimiento real. La lógica es que el dólar se beneficia en el margen por el retorno real de los inversores extranjeros a los rendimientos estadounidenses.

Por supuesto, hay una larga historia de inversores que se han equivocado por apostar demasiado pronto por recortes de tipos de la Fed que hundirían el dólar. Así pasó a principios de este año, cuando la divisa parecía estar al borde de una prolongada tendencia a la baja, que sólo se frenó cuando los datos económicos estadounidenses demostraron que la Reserva Federal no iba a dejar de subir los tipos.

Para los osos, el peligro es que la dinámica se repita, sobre todo teniendo en cuenta que es probable que la Reserva Federal siga endureciendo su política monetaria este mismo mes.

En Invesco Asset Management, Georgina Taylor no está dispuesta a recortar todavía su exposición al dólar. Aunque sigue atenta a los datos, no está preparada para concluir que la batalla para controlar la inflación ha terminado.

“La historia del diferencial de tipos de interés se tambalea, pero yo no renunciaría al dólar”, afirma, dado que la diferencia absoluta de los rendimientos reales sigue siendo alta.

La solidez de la economía estadounidense es la razón por la que Michael Cahill, de Goldman Sachs Group Inc., prevé que cualquier caída del dólar será probablemente menos profunda que en ciclos anteriores. Sin embargo, el apoyo al dólar podría desvanecerse si la Reserva Federal pone fin a su lucha contra la inflación y el Banco Central Europeo se ve obligado a mantener los tipos más altos durante más tiempo.

“El mayor riesgo que podría llevar a una mayor caída del dólar es que el panorama de la inflación diverja”, dijo Cahill, estratega de divisas del G-10. El banco prevé que el dólar se debilite hasta 1,15 dólares por euro en 2024, desde los 1,12 dólares actuales, y que el yen se fortalezca hasta 125 por dólar, desde los 139 actuales.

Los bajistas del dólar también pueden apoyarse en las medidas de valoración. La fortaleza de la divisa ha sido especialmente pronunciada frente al yen, hasta el punto de que el tipo de cambio efectivo real hace que la moneda japonesa cotice cerca de su nivel más bajo en décadas.

“Desde el punto de vista de la valoración, el dólar sigue estando muy sobrevalorado”, afirma Paresh Upadhyaya, director de estrategia de divisas de Amundi Asset Management. “Creo que los mercados van a empezar a descontarlo”.

Upadhyaya señala los dos déficits de Estados Unidos —el comercial y el presupuestario— como obstáculos estructurales. Pero también tiene en mente otra dinámica que los observadores del mercado citan a menudo, la teoría de la sonrisa del dólar.

Según esta teoría, el billete verde suele subir cuando Estados Unidos atraviesa una grave recesión o una fuerte expansión, y cede en épocas de crecimiento moderado.

“Si Estados Unidos logra un aterrizaje suave, probablemente sea el mejor caso para un dólar más débil que se pueda pedir”, dijo Upadhyaya.

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