Inhabilitan políticamente a Bolsonaro por ocho años

Jair Bolsonaro. / Foto: Archivo.

El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil condenó este viernes al expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022) por “abusos de poder” cometidos durante la campaña electoral del año pasado, en la que resultó derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva.

La sentencia, que contó con el apoyo de cinco de los siete jueces del tribunal, le impide a Bolsonaro participar en elecciones o ocupar cargos públicos durante ocho años, a partir de octubre de 2022.

El presidente del TSE, el juez Alexandre de Moraes, fue el encargado de emitir el último voto y de pronunciar un duro discurso contra el líder de 68 años, al que acusó de “degradante populismo” y de “propagar una asquerosa desinformación” para “engañar” a los electores con “discursos de odio y antidemocráticos”.

Moraes fue blanco de constantes ataques e insultos por parte de Bolsonaro y sus seguidores, que lo señalaron, sin ninguna prueba, de “maniobrar” para “favorecer” a Lula en las elecciones.

El juez afirmó que la sentencia es una respuesta a las “mentiras permanentes y fraudulentas” que Bolsonaro difundió contra la Justicia electoral y las instituciones democráticas del país.

Una reunión ilegal en la residencia presidencial

El proceso contra Bolsonaro se basó en una reunión que el entonces mandatario convocó el 18 de julio de 2022 en la residencia oficial de la Presidencia, con la presencia de medio centenar de embajadores extranjeros, para cuestionar la transparencia del sistema electoral y la propia democracia.

Según el relator del caso, Benedito Gonçalves, quien fue respaldado por cinco jueces del TSE, ese hecho constituyó un “abuso de poder político, conductas vedadas y desorden informativo” y también un “uso indebido de predios públicos y medios de comunicación”, pues Bolsonaro ordenó que la televisión pública transmitiera el evento.

Los jueces coincidieron en que esa reunión no fue un acto aislado, sino parte de una “sistemática campaña de desinformación” que Bolsonaro mantuvo contra el sistema electoral brasileño, basado en urnas electrónicas que garantizan la seguridad y la rapidez del escrutinio.

La defensa de Bolsonaro alegó que se trataba de “opiniones personales”, pero el juez De Moraes rechazó ese argumento y sostuvo que se trató de “subvertir y pervertir” el proceso electoral y con eso, “a la propia democracia”.

De Moraes también advirtió que “libertad de expresión” no es “libertad de agresión”, de “mentira”, de “desinformación” y de “fraude”, ni una herramienta para que “líderes populistas y extremistas conquisten al elector” con “discursos de odio y antidemocráticos” difundidos en las redes sociales “con un barniz falso de veracidad”.

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