Explosiones dirigidas contra centros educativos dejaron al menos seis fallecidos, incluyendo estudiantes, y 17 heridos este martes en un vecindario de mayoría chií de la capital de Afganistán, Kabul.
Las explosiones, que ocurrieron en una rápida sucesión, están siendo investigadas y se temía que hubiese más víctimas, según el vocero de la policía de Kabul, Khalid Zadran, y el Hospital de Emergencias. Varios de los heridos tenían un pronóstico crítico y otros ya fueron dados de alta.
Los incidentes ocurrieron en el interior de la escuela secundaria Abdul Rahim Shaheed y cerca del centro educativo Mumtaz, a varios kilómetros de distancia, ambos en el barrio de mayoría chií de Dasht-e-Barchi. En Mumtaz no se reportaron víctimas de inmediato.
Los guardias apostados en la estrecha calle que da al edificio de la escuela secundaria de dos plantas dijeron que vieron 10 víctimas. En el interior del centro, un videorreportero de The Associated Press vio las paredes salpicadas de sangre, cuadernos quemados y zapatos de niños.
Al parecer, un suicida se habría inmolado en el interior del complejo, que puede albergar hasta a 1.000 estudiantes, señalaron los testigos. No estuvo claro de inmediato cuántos niños estaban en el centro en el momento de la explosión.
La escuela solo imparte hasta sexto curso de primaria luego de que el gobierno conservador del Talibán incumplió su promesa de permitir que las niñas acudiesen a la escuela.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del incidente. En el pasado, la zona ha sido objeto de ataques de la letal filial afgana de la milicia radical Estado Islámica, que considera a los musulmanes chiíes como herejes.
Save the Children en Afganistán “condenó enérgicamente” el ataque y dijo que “no se debe atacar deliberadamente una escuela y ningún niño debe sentir miedo a sufrir un daño físico en o camino de la escuela”.
El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, dijo en Twitter que él y la representante especial del organismo en Afganistán, Deborah Lyons, enviaban sus condolencias a las familias de las víctimas.
La filial del Estado Islámico llamada IS en la Provincia de Jorasán ha atacado escuelas anteriormente, sobre todo en el barrio chií de Dasht-e-Barchi. En mayo del año pasado, antes de la toma del poder por el Talibán en Kabul, más de 60 niños, en su mayoría niñas, murieron al explotar dos bombas frente a su escuela en el barrio Dasht-e-Barchi.
El Estado Islámico presenta el mayor reto de seguridad para el régimen Talibán, que llegó al poder en Kabul en agosto cuando Estados Unidos puso fin a su guerra de 20 años.