Venezuela expresó su rechazo a las recientes visitas de altos funcionarios de Estados Unidos a Guyana, país con el que mantiene una disputa territorial por el Esequibo. El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, acusó a la Administración estadounidense de actuar con “saña” contra su país.
Según el ministro, estas visitas demuestran que “la saña contra Venezuela, la defensa de las actividades criminales de sus transnacionales y de los gobiernos títeres como del de Guyana son un asunto de interés bipartidista en Estados Unidos”.
Padrino López también afirmó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) defenderá Venezuela hasta “el último de sus esfuerzos” y advirtió a los “enemigos” de Caracas que su principal objetivo es proteger su territorio nacional.
Visitas cuestionadas
Entre los funcionarios estadounidenses que visitaron Guyana se encuentran el exsecretario de Estado Mike Pompeo, que ocupó el cargo durante la presidencia de Donald Trump; y el subsecretario adjunto del Departamento de Defensa para el Hemisferio Occidental, Daniel Erikson.
Erikson anunció el lunes que viajaría dos días a Guyana para “apoyar la estabilidad regional”, en medio de las tensiones con Venezuela por el Esequibo, una zona administrada por Guyana pero reclamada por Venezuela.
Poco después, Pompeo confirmó en su perfil oficial de la red social X, antes conocida como Twitter, que había visitado Guyana el día anterior. “Fue fantástico estar ayer de regreso con amigos de Guyana”, escribió Pompeo, junto a una foto con el lema Una Guyana. Toda ella nos pertenece. Además, dijo haberse reunido con el presidente guyanés, Irfaan Ali, y elogió su trabajo por el pueblo.
El conflicto por el Esequibo
El Esequibo es una región de 159.000 kilómetros cuadrados al oeste del río Esequibo, que representa dos tercios de la superficie total bajo control de Guyana. Es una zona rica en petróleo, minerales y biodiversidad, que Venezuela reclama desde hace casi dos siglos.
El conflicto se intensificó hace cinco años, cuando se descubrieron importantes yacimientos petroleros bajo sus aguas. Desde entonces, ambos países han mantenido una disputa diplomática y legal por el control de la zona.
