La Asociación de Bebidas Refrescantes (Anber) de Venezuela denunció que el contrabando de refrescos de otros países perjudica a la industria nacional, que opera al 20% de su capacidad. Según su director ejecutivo, Carlos Palumbo, estos productos no cumplen con las normas sanitarias ni de etiquetado vigentes en la nación caribeña.
Diferencias en el envase y la tapa
Palumbo explicó que se pueden identificar los refrescos de contrabando por el tamaño y el color de sus envases y tapas. Por ejemplo, la cola negra se vende en presentaciones que van desde los tres litros hasta los 330 mililitros, que no se fabrican en Venezuela. “En el caso de las tapas las usan rojas mientras que las de nosotros son blancas”, agregó.
También señaló que el código del producto envasado es otro indicador de su procedencia y calidad. “Esto es lo que da la verificación de lo que contiene la botella”, dijo.
Precios más bajos pero menor calidad
El director de Anber afirmó que la diferencia de precios entre los refrescos nacionales y los de contrabando influye en la decisión de los consumidores. Sin embargo, advirtió que estos últimos no ofrecen las mismas garantías de calidad y seguridad.
“Sabemos que se están tomando medidas. Nosotros en el sector hacemos esfuerzos para promociones para ofrecerle al consumidor productos de calidad”, destacó.
Capacidad de abastecimiento y empleo
Palumbo aseguró que la industria nacional venezolana tiene la capacidad de abastecer la demanda de refrescos si esta aumenta. Además, resaltó la importancia de este sector para la generación de empleo en el país.
“Más de 6.500 puestos de trabajo directos y más de 32.000 puestos de trabajo indirectos. No hay justificación para que ingresen las dimensiones de un producto que afecta al venezolano”, dijo.
Con información de Unión Radio.
