La inflación de USA se recalienta y mantiene viva la opción de otro alza de la Fed

Foto: Archivo.

El ritmo de aumento de los precios en Estados Unidos se aceleró más de lo previsto en agosto, lo que deja abierta la posibilidad de que la Reserva Federal vuelva a subir las tasas de interés.

El índice de precios al consumo (IPC) sin alimentos ni energía, que se considera un mejor reflejo de la inflación subyacente, creció un 0,3% respecto al mes anterior, el mayor incremento en seis meses, según los datos publicados el miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés). En términos interanuales, el aumento fue del 4,3%, igualando las expectativas y registrando el menor nivel en casi dos años.

El IPC general, por su parte, se disparó un 0,6% en agosto respecto a julio, la mayor alza en más de un año, y un 3,7% en comparación con el mismo mes del año pasado, debido al encarecimiento de la energía. La gasolina fue responsable de más de la mitad del incremento del IPC general en agosto, según el BLS.

El informe aumenta la inquietud de que el repunte económico esté generando tensiones inflacionarias. Aunque los dirigentes de la Reserva Federal se muestran cada vez más confiados en poder contener la inflación sin provocar una recesión, una nueva aceleración de los precios podría obligarles a endurecer aún más la política monetaria, con el riesgo de frenar el crecimiento.

El IPC es uno de los últimos indicadores importantes que verá la Fed antes de su reunión de la próxima semana, en la que se espera ampliamente que los responsables mantengan los tipos sin cambios. El presidente Jerome Powell dijo el mes pasado que las tasas de interés seguirán altas y podrían aumentar más si la economía y la inflación no se moderan.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro y los futuros de las acciones apenas reaccionaron. Los operadores siguen anticipando que la Fed dejará los tipos estables la próxima semana, mientras que las probabilidades de una subida en noviembre rondan el 50%.

Los precios que se disparan

El aumento del IPC en agosto se debió en gran parte al encarecimiento de los alquileres, los viajes en avión y los seguros de automóviles, que alcanzaron la mayor subida anual desde 1976. Los precios de los coches nuevos también subieron por primera vez en cinco meses. En cambio, bajaron los precios de los coches usados y las entradas a espectáculos y cine.

Los precios de la vivienda, que son el principal componente de los servicios y representan alrededor de un tercio del índice general del IPC, aumentaron un 0,3%, la menor subida desde principios del año pasado, lastrados por las estancias en hoteles. La moderación de los costes de la vivienda es una condición indispensable para una tendencia a la baja sostenida de la inflación subyacente.

Excluyendo la vivienda y la energía, los precios de los servicios crecieron un 0,4% respecto a julio, el mayor incremento en cinco meses, y un 4% respecto a hace un año, según cálculos de Bloomberg. Aunque Powell y sus colegas han destacado la importancia de tener en cuenta esta medida para evaluar la trayectoria de la inflación del país, la calculan basándose en un índice diferente.

Para la mayoría de los estadounidenses, los presupuestos domésticos siguen bajo presión. El coste de la energía se disparó en general, especialmente la gasolina, que se encareció más del 10% el mes pasado. Los costes de los servicios públicos también se incrementaron. Los precios de los alimentos también subieron, pero al ritmo anual más lento en dos años.

Por otra parte, los precios de los bienes se han moderado, contribuyendo a reducir la inflación general. Los precios de los bienes básicos, que excluyen los alimentos y la energía, cayeron por tercer mes consecutivo.

Aunque las expectativas de inflación se han mantenido estables y el mercado laboral resiste en gran medida, los estadounidenses son cada vez más pesimistas sobre la economía. Los precios, especialmente los de los productos básicos, siguen siendo elevados, lo que ha obligado a muchos a recurrir a las tarjetas de crédito o a los ahorros para mantener el gasto. Y la inminente reanudación de los pagos de los préstamos estudiantiles supondrá una nueva carga para millones de prestatarios.

A las empresas también les disgustan las perspectivas. Según un informe publicado esta semana, el porcentaje de pequeñas empresas que subieron los precios de venta aumentó en agosto por primera vez en nueve meses. Y cada vez más propietarios citaron la inflación como su principal problema.

Aunque los estadounidenses empiezan por fin a ver cómo los aumentos salariales superan al crecimiento de los precios, la diferencia está empezando a reducirse. Los salarios ajustados a la inflación aumentaron un 0,5% con respecto al año anterior, lo que supone un segundo mes de desaceleración del crecimiento de los ingresos, según mostró el miércoles un informe independiente.

Con información de Bloomberg Línea.

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