Las Tortugas Ninja regresan a la pantalla grande con Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem, un films que explora el caos de la adolescencia con nostalgia, una propuesta gráfica que busca expandir la diversidad en la animación.
“Queríamos hacer una película muy humana aun cuando se trata de tortugas. Es difícil que alguien se relacione con un ninja, pero es más fácil identificarte con el hecho de ser un marginado”, dice Jeff Rowe, director del filme de Nickelodeon Animation Studios, en una entrevista con EFE.
Cansados de vivir escondidos en las alcantarillas, Donatello, Miguel Ángel, Leonardo y Rafael deciden salir al mundo humano con una misión: Obtener el reconocimiento de la gente. Su problema es que son unas tortugas mutantes.
Se conoció que los hermanos tendrán que usar sus conocimientos avanzados de artes marciales para derrotar a un poderoso enemigo. Además de enfrentarse a un ejército de mutantes que amenaza con terminar con la especie humana, mientras sueñan con convertirse en unos adolescentes normales.
La visión de Rowe, junto con el actor y productor Seth Rogen, llega este miércoles a salas nacionales en un momento de crisis para la industria de Hollywood debido a las huelgas que protagonizan los sindicatos de escritores y de actores desde el pasado 2 de mayo y 13 de julio, respectivamente.
Tortugas Ninja para adolescentes
La versión de Rowe deja atrás la estética hiperrealista de la última entrega de las Tortugas Ninja de acción real de 2014 y en cambio dota de referencias ochenteras y noventeras la técnica de painterly, utilizada para darle propiedades visuales de pintura a la animación, con personajes físicamente imperfectos, chuecos y divertidos.
“Queríamos que la película se sintiera como este juguete macizo y raro de nuestra infancia y que el estilo respaldara lo desordenada, caótica y confusa que puede ser la vida adolescente”, dijo el director.
La idea era lograr que el filme tuviera un espíritu tan fresco que se sintiera que había sido creado por jóvenes de bachillerato.
Esto detonó que la mayor inspiración para el director y el resto del equipo fuera el arte de sus cuadernos de pubertad, en los que reinaba la libertad creativa sin perfeccionismo.
“Al final queríamos que pareciera que las Tortugas Ninja se dibujaron a ellas mismas y al mundo a su alrededor. Eso fue lo más emocionante para nosotros”, ahonda.
Finalmente, el director agradece que Paramount Pictures y Nickelodeon le brindaran la libertad total de experimentar con la cinta en todos los aspectos creativos y espera que el éxito de este tipo de filmes abra las puertas a proyectos cuyas historias no gozan de la popularidad de franquicias tan grandes como las Tortugas Ninja.
“Espero que de aquí a cinco años las películas animadas sean tan diversas como las cintas de acción real y que los estudios pongan el mismo esfuerzo y energía en historias originales”, finalizó.