El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, quien el domingo recibió el cargo de gestor de paz por parte del presidente Gustavo Petro, sigue siendo requerido por la Justicia colombiana, que el lunes ratificó la orden de captura y extradición en su contra.
Mancuso, antiguo líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), se comprometió a colaborar con las autoridades para localizar a víctimas de desaparición forzada en la zona fronteriza con Venezuela, lo que motivó su designación como gestor de paz.
Sin embargo, una magistrada de la Sala de Justicia y Paz de Bogotá mantuvo la orden que pesa sobre él y le exigió volver al país para responder por dos sentencias, según informó Radio Caracol.
El exparamilitar y su abogado se han negado a la petición de extradición, vigente desde 2020, y han pedido asilo en Estados Unidos.
Mancuso lleva dos años en un centro de detención de migrantes de Atlanta, Estados Unidos, a la espera de ser entregado a Colombia, donde hace unos meses obtuvo cuatro años de libertad condicional, aunque aún tiene cuentas pendientes con la Justicia por su pasado al frente de las AUC. Por eso, compareció ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en su último intento por acogerse como tercero colaborador a la justicia transicional.
Durante su época armada, cuando era conocido como Triple Cero, admitió haber participado en al menos 300 asesinatos, entre ellos los de la masacre de El Aro, por la que fue condenado a 40 años de prisión que nunca cumplió al acogerse a la Ley de Justicia y Paz, impulsada por el expresidente Álvaro Uribe para desmovilizar a los paramilitares.
Además, tiene abiertos dos procesos judiciales en Colombia por su responsabilidad en más de 600 homicidios, el desplazamiento forzoso de casi 1.000 personas y más de una treintena de desapariciones forzadas.