El principal enviado de Estados Unidos para asuntos de rehenes, Roger D. Carstens, se habría reunido con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, justo antes de la Navidad del año pasado, con el fin de lograr la liberación de los ciudadanos estadounidenses detenidos en Caracas.
Tres fuentes familiarizadas con la reunión, llevada a cabo en la capital venezolana el 19 de diciembre de 2022, revelaron a Spy Talk que, durante el encuentro, Maduro propuso a la administración de Joe Biden un canje de prisioneros: la liberación de ocho ciudadanos estadounidenses encarcelados en la nación caribeña y la entrega del contratista de defensa fugitivo, Leonard Glenn Francis, alias Fat Leonard, quien el año pasado se declaró culpable de participar en el mayor escándalo de sobornos de la Marina de EE. UU., pero consiguió huir a Venezuela justo antes de la sentencia.
El mandatario venezolano habría ofrecido liberar a los nueve estadounidenses a cambio de la entrega del empresario colombiano Álex Saab, quien se encuentra detenido en Miami, donde enfrenta un juicio por cargos de lavado de dinero.
Sin embargo, según las fuentes consultadas por el medio, la oferta no prosperó.
“Esto no constituiría una oferta real, y mucho menos de buena fe, porque incluye a Saab, a quien ya habíamos dejado muy claro que está fuera de los límites”, dijo a SpyTalk la fuente de la Casa Blanca familiarizada con la propuesta de Maduro.
Saab es una “valiosa moneda de cambio”
Para Washington, Saab es un delincuente internacional de primer nivel que blanqueó cientos de millones de dólares mal habidos a través de bancos estadounidenses.
Lo que complicaría su entrega, según Spy Talk, es que Saab también trabajó como espía para la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), proporcionando información de inteligencia sobre el funcionamiento interno del gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, algunos expertos sospechan que Saab era un agente doble que mantenía a Maduro plenamente informado de su trabajo para la DEA, incluso sospechan que los informes de Saab a Maduro ayudaron al líder venezolano a frustrar un intento de golpe de Estado “respaldado por EE. UU.” en su contra el 30 de abril de 2019.
Además, los expertos dicen que Álex Saab se ha convertido en una “valiosa moneda de cambio” mientras el gobierno de Joe Biden intenta crear las condiciones necesarias para unas “elecciones libres y justas” en Venezuela.
“Sospecho que Estados Unidos no va a ceder a Álex Saab por poco dinero“, dijo Geoff Ramsey, experto en Venezuela de The Atlantic Council, un centro de estudios de Washington.
En 2019, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos alegó que Saab había sobornado a los tres hijastros de Maduro para ganar un contrato sin licitación y sobrevalorado para suministrar alimentos desde el extranjero para un programa de bienestar del gobierno venezolano y luego se benefició al proporcionar sólo una fracción de los alimentos.
La Fiscalía del Distrito Sur de Florida acusó a Saab de blanquear unos 350 millones de dólares que supuestamente acumuló de forma corrupta mediante el pago de sobornos adicionales para aprovecharse del tipo de cambio fijado por el gobierno de Venezuela.
En junio de 2020, Saab fue detenido en virtud de una orden de Interpol presentada por Estados Unidos después de que su avión privado aterrizara en las islas de Cabo Verde para repostar.
Venezuela se opuso a la extradición de Saab a Estados Unidos, alegando que gozaba de inmunidad diplomática como enviado oficial del gobierno. Pero un tribunal de Cabo Verde rechazó la petición y lo extraditó a Miami en octubre de 2021, causando que el chavismo se retirara de las negociaciones en Ciudad de México con la oposición venezolana.
El compromiso de Maduro
En noviembre del año pasado, el chavismo y la oposición reanudaron sus conversaciones, con la esposa italiana de Saab, Camila Fabbri, como miembro de la delegación venezolana. Ambas partes acordaron establecer un fondo humanitario gestionado por la ONU para proporcionar alimentos, medicinas y educación con el fin de ayudar a la población a superar la prolongada crisis política y económica del país. La administración Biden, preocupada por los altos precios del combustible, respondió suavizando algunas sanciones petroleras, lo que permitió al gigante energético Chevron reanudar operaciones limitadas en Venezuela y enviar su crudo de vuelta a Estados Unidos.
El dinero para el fondo humanitario iba a proceder de los activos congelados de Venezuela en bancos internacionales, que ascienden a más de 3.000 millones de dólares. Pero, hasta el momento, su transferencia no ha sido posible.
Como parte de su propuesta de canje de prisioneros, Maduro quiere que se descongelen los fondos. A cambio, según personas familiarizadas con la oferta, también se comprometió a renovar su compromiso de liberar hasta 200 miembros de la oposición encarcelados, pero sólo después de que el gobierno reciba y revise la lista de la oposición de los que quiere liberar. Además, la oferta de canje de Maduro incluía el compromiso de ofrecer a las empresas estadounidenses incentivos para reanudar el comercio con Venezuela.
Pero el gobierno de Biden se niega a discutir la oferta de canje de prisioneros de Maduro.
“Seguimos presionando para la liberación inmediata e incondicional de todos los ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente en Venezuela en cada oportunidad y seguiremos haciéndolo”, dijo un portavoz del Departamento de Estado, que pidió no ser nombrado. “Más allá de eso no vamos a discutir los detalles específicos de nuestros esfuerzos para asegurar la liberación de los ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente“.