Ante la llegada del nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, las autoridades locales de la frontera colombiana mostraron su preocupación ante la idea de “cerrar” el paso por la selva del Darién que une los dos países en un intento por frenar la migración irregular.
Las primeras declaraciones como presidente crearon polémica al proponer cerrar la selva con ayuda de tecnología y utilizando a la policía fronteriza, sin presentar un plan concreto.
Sus declaraciones generaron especial preocupación en Necoclí, un pequeño pueblo del Caribe colombiano a donde llegan cientos de migrantes que abordan diariamente embarcaciones que luego los llevan por mar abierto hasta el inicio de la peligrosa travesía por la selva.
“Tal decisión podría desencadenar un significativo represamiento de migrantes en nuestro territorio”, indicó en un comunicado la alcaldía de Necoclí.
Cerca de 65.000 migrantes han pasado por Necoclí en lo que va del año, lo que según la alcaldía representa un incremento de más de 20.000 personas con respecto al mismo periodo del año anterior.
Con información de AP.