La actriz española Kiti Mánver es la abuela Cruz, protagonista del segundo largometraje de la directora venezolana Patricia Ortega, estrenado dentro de la sección oficial de la 68ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).
Navegando por Internet redescubre el sexo a través de contenidos pornográficos que, al principio, la sobresaltan con una libido disparada, pero que más tarde encauza mediante clases con un grupo de mujeres mayores.
“Quería que la edad desapareciera, que se nos olvidara”, apuntó Ortega al presentar a una abuela que poco a poco va tomando las riendas de su sexualidad frustrada durante décadas en una sociedad de moral tradicional.
“Es una mujer de 70 años que trasciende su edad y su vulnerabilidad”, añadió. De igual forma, agregó que “es obvio que queríamos trabajar desde el humor, no desde un drama intenso y oscuro”, porque el sexo “es vida, imprime alegría y vitalidad”.
Al tiempo que Cruz pierde su vulnerabilidad y se hace cargo de su sexualidad, la película torna el gris de sus colores iniciales por un cromatismo más estridente como signo de la vitalidad de la abuela que también muda su semblante, humor, indumentaria y estilo, hasta el punto de contagiar a su esposo.