El gobierno de Venezuela y el de Trinidad y Tobago, junto con las empresas que participan en un proyecto conjunto en el mar Caribe, han iniciado las negociaciones de precios para exportar gas natural venezolano a la isla caribeña, luego de recibir una autorización de Estados Unidos a principios de este año, informó el ministro de Energía de Trinidad.
El ministro Stuart Young actualizó el lunes al Parlamento de Trinidad sobre el estado del proyecto Dragón, que tiene una reserva estimada de 4,2 billones de pies cúbicos de gas y que ha permanecido estancado por más de una década debido a la falta de inversión y, más recientemente, a las sanciones estadounidenses a Venezuela, recoge Reuters.
Un acuerdo firmado recientemente en Caracas con Venezuela incluyó la intención de ambos gobiernos de impulsar el proyecto Dragón. Si las negociaciones de precios son exitosas, las partes, que también incluyen a Shell, la estatal Pdvsa y la Compañía Nacional de Gas (NGC) de Trinidad, podrían firmar una licencia de gas, un acuerdo de reparto de producción y los contratos correspondientes.
Young dijo que las reuniones con sus contrapartes venezolanas han avanzado en los últimos meses, incluyendo la posibilidad de que el gas natural de otro campo fronterizo, Loran, también pueda ser exportado a Trinidad, que necesita urgentemente aumentar el suministro de gas a sus plantas petroquímicas y de gas natural licuado.
Loran podría seguir los pasos de Dragón
“Es natural que Loran siga”, dijo. “Ellos (los funcionarios del gobierno venezolano) están viendo la posibilidad de que Loran llegue a Trinidad y Tobago”.
El modelo de negocio para Loran no ha sido anunciado. El campo forma parte de un gran yacimiento offshore compartido por ambos países en el mar Caribe que los gobiernos no han logrado unificar para su desarrollo conjunto.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acordó en 2019 permitir que Trinidad desarrollara independientemente su porción del prometedor campo.
Shell, que lidera el proyecto por el lado de Trinidad, ha avanzado en los últimos años para desarrollar individualmente su porción del campo, llamada Manatí. La empresa está buscando la aprobación ambiental y aún no ha tomado una decisión final sobre la inversión.
