El mandatario estadounidense, Joe Biden, extendió por un año más la emergencia nacional que se declaró en 2008 con respecto a Corea del Norte, debido a que considera que el régimen de Kim Jong-un representa un peligro para la seguridad nacional de su país.
Según un comunicado de la Casa Blanca, Biden argumentó que “la existencia y riesgo de proliferación de material fisible apto para la fabricación de armas” y las políticas norcoreanas son una amenaza “inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional, la política exterior y la economía estadounidenses.
Además, mencionó que los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte “desestabilizan la península coreana y ponen en peligro a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, a sus aliados y a sus socios comerciales en la región”.
La tensión entre ambos países se ha incrementado en los últimos meses por los frecuentes ensayos balísticos de Corea del Norte, que han sido condenados tanto por sus países vecinos, Corea del Sur y Japón; como por la comunidad internacional, Estados Unidos, la Unión Europea (UE); incluso organizaciones internacionales como Naciones Unidas o la Otan.
El conflicto entre Washington y Pionyang tiene su origen en la Guerra de Corea (1950-1953), que dividió a la península en dos estados antagónicos. Desde entonces, Corea del Norte ha desarrollado un programa nuclear y de misiles que le ha permitido alcanzar objetivos a miles de kilómetros de distancia y amenazar con atacar a Estados Unidos con armas nucleares y fuerzas convencionales.
En 2018, el presidente Donald Trump y el líder Kim Jong-un se reunieron en Singapur en una histórica cumbre que abrió una vía diplomática para resolver el conflicto. Sin embargo, las negociaciones no han avanzado desde entonces y ambos países siguen manteniendo una relación hostil y tensa. Suecia actúa como el protector de los intereses de los Estados Unidos en Corea del Norte para asuntos consulares.
