El Gobierno de Rusia aseguró este jueves que el miércoles llevó a cabo una serie de ataques “masivos” por tierra, mar y aire contra el “sistema de mando y control” del Ejército de Ucrania, incluidos objetivos “relacionados con instalaciones de energía”.
“El 23 de noviembre, las Fuerzas Armadas rusas llevaron a cabo ataques masivos con armas de largo alcance por tierra, mar y aire contra el sistema de mando y control del Ejército e instalaciones energéticas relacionadas“, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
Así, manifestó que “como resultado de los ataques, el traslado a zonas de combate por ferrocarril de reservas de las Fuerzas Armadas de Ucrania, armamento extranjero, equipamiento militar y munición se vio alterado“.
Konashenkov negó que Rusia atacara objetivos en la capital, Kiev, o sus alrededores y sostuvo que “toda la destrucción anunciada por el régimen de Kiev en la ciudad fue resultado de la caída de misiles de los sistemas de defensa aérea ucranianos y extranjeros desplegados en áreas residenciales de la capital”. Sin embargo, Rusia suele negar ataques que en realidad sí ha hecho, principalmente cuando involucran a civiles.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, apuntó que Moscú no ataca “instalaciones sociales” en Ucrania. “Se presta atención a esto”, señaló, antes de indicar que “los objetivos relacionados de forma directa o indirecta con el potencial militar (ucraniano) son susceptibles de ser derrotados”.
“La cúpula de Ucrania tiene oportunidad de normalizar la situación y tiene todas las oportunidades de resolver la situación de una forma que cumpla los requisitos de Rusia y detenga todo posible sufrimiento por parte de la sociedad civil”, zanjó Peskov.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció el miércoles ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que los ataques de Rusia contra la infraestructura energética ucraniana son crímenes contra la humanidad y afirmó que, en condiciones en las que la población soporta temperaturas bajo cero y decenas de millones de personas se quedan sin electricidad, estos bombardeos suponen la “fórmula rusa para el terror”.