Los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (Oiea) no detectaron en tres instalaciones de Ucrania ningún indicio que confirme la veracidad de las acusaciones rusas sobre los supuestos preparativos para lanzar una bomba sucia, en línea por tanto con la versión de Kiev.
La agencia envió a estos expertos a petición del Gobierno ucraniano, que salió al paso de unas acusaciones que Moscú también trasladó a las principales potencias occidentales. Ninguna de ellas dio credibilidad de estas sospechas y ahora el Oiea se sumó a esta tesis.
Su director general, Rafael Grossi, confirmó en un comunicado que los inspectores no encontraron “ningún indicio de actividades y materiales nucleares no declarados” en las tres instalaciones examinadas, situadas en las ciudades de Kiev, Dnipro y Zhovti Vody, a las que tuvieron “pleno acceso” pese a las “circunstancias difíciles” propias del conflicto.
También recogieron muestras para su posterior análisis y Grossi espera hacer públicos sus resultados “cuanto antes”. El Oiea reiteró su disposición a seguir realizando este tipo de actividades de verificación, como parte imparcial en la guerra —desatada por Rusia como potencia invasora— que libran las dos partes.
El ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, celebró las conclusiones del organismo, que contrarrestó con pruebas “las falsedades rusas”. “Rusia reafirmó su condición de mayor mentiroso del mundo”, aseveró Kuleba en Twitter.
