El ministro de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, denunció que a finales de septiembre un avión militar ruso lanzó un misil contra una aeronave británica desarmada que patrullaba sobre las aguas del mar Negro.
De acuerdo con Wallace, este suceso fue “potencialmente peligroso”, mientras que Rusia reconoció que aquel episodio fue resultado de “un mal funcionamiento táctico”, según reporta la BBC.
A raíz de aquel incidente, Londres decidió suspender sus maniobras de patrullaje en el mar Negro, si bien ahora estas operaciones se reanudaron pero escoltadas por aviones de combate de la Real Fuerza Aérea (RAF, en inglés).
Pese a las críticas y la preocupación mostrada por Wallace, el encargado de las funciones de Defensa reconoció que el Gobierno no interpretó lo ocurrido como una “escalada deliberada” de las tensiones por parte de Rusia en el marco de la invasión rusa de Ucrania.