El Gobierno de China rechazó la propuesta de Estados Unidos de invitar a la asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a Taiwán, un territorio que se gobierna de forma independiente desde hace 73 años y cuya soberanía reclama Pekín.
El miércoles, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, planteó que Taiwán fuese invitado como “observador” en la Asamblea Mundial de la Salud, que arranca el domingo. Para Pekín, Washington vuelve a jugar de nuevo “la carta de Taiwán”.
“Sólo hay una China en el mundo y Taiwán es una parte inalienable del territorio chino“, insistió el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, en una comparecencia ante los medios recogida por los medios oficiales. En este sentido, señaló que cualquier implicación taiwanesa en el foro debe hacerse a través de Pekín.
Zhao aseguró que las autoridades de Taiwán pueden participar en cuestiones sanitarias internacionales si respetan el principio de una sola China y alegó que las tesis estadounidenses son rechazadas “con firmeza” por “una abrumadora mayoría” de la comunidad internacional. “Están condenadas a fracasar“, agregó.
