El Gobierno de Estados Unidos dio luz verde el viernes a un acuerdo de 300 millones de dólares para proveer de material bélico a Taiwán, la isla que China reclama como parte de su territorio.
Ante esto, China reaccionó el lunes con advertencias de tomar represalias contra las empresas involucradas en el negocio armamentístico, que busca fortalecer la capacidad defensiva de Taiwán frente a una posible agresión china.
El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo que “tomaremos medidas de represalia contra las empresas implicadas en la venta de armas a Taiwán”, sin dar más detalles sobre qué tipo de acciones o qué compañías serían afectadas.
“China tomará medidas firmes y enérgicas para defender su soberanía y su integridad territorial”, añadió.
La isla, bajo tensión
Taiwán, donde habitan 23 millones de personas, es vista por Pekín como una provincia separatista que debe ser reintegrada al resto del país, del que se separó tras el fin de la guerra civil en 1949.
La decisión de Washington de autorizar la venta de armas a Taiwán se produce a un mes de las elecciones presidenciales en la isla, que podrían definir el futuro de sus relaciones con China.
China ha intensificado sus presiones y amenazas contra cualquier gesto de Washington que pueda interpretarse como un respaldo a la independencia formal de Taiwán.
En septiembre, China sancionó a dos gigantes estadounidenses del sector de la defensa, Lockheed Martin y Northrop Grumman, por vender armas a Taiwán.
