Scarlet Ortiz: “Para mí ha sido súper importante reencontrarme con mi país”

Scarlet Ortíz. Foto cortesía.
Scarlet Ortíz. Foto cortesía.

La venezolana Scarlett Ortiz tenía más de 20 años Estados Unidos, por razones de trabajo, y ha sido el país en el que ha establecido su vida profesional y personal. Pero volvió a Venezuela para encarnar a Marilyn Ortiz, una de las villanas de Dramáticas, creada y producida por Daniel Ferrer Cubillán, de Hispano TV, que marca el regreso de estas historias a la pantalla chica nacional.

“Amé regresar a Venezuela. Tenía 10 años sin volver. Y fue maravilloso reencontrarme con mi tierra, con el Ávila, con mi gente y con una Caracas más activa, amable y con ganas de vivir”, comenta.

-Los actores no juzgan a sus personajes, ¿pero qué opina Scarlett Ortiz de Marilyn Ortiz?
-No juzgo a mis personajes porque opino como Meryl Streep: “Si juzgamos a nuestros personajes no vamos a ser capaces de entrar en su psicología y poder interpretarlos de una manera limpia”. Marilyn busca justicia, ni siquiera venganza. Fue traicionada por su mejor amiga y su prometido y no lo puede superar, así que busca justicia y su manera de hacerlo es con pequeñas travesuras.

-¿Cómo se siente navegando las aguas de la maldad?
-Ya había interpretado villanas. En Niña mimada, encarné a Federica Jordán; y luego, en La fan, de Telemundo, hice a otra mala y es muy divertido. Disfruto haciendo de villana porque, a veces, es chévere hacer llorar y no que te hagan hacer llorar a ti. Y la verdad es que sin villana no hay protagonista, así como sin protagonista no hay villana. Es el ying y el yang. Es el equilibrio. La paso bien estando del otro lado de la moneda.

-¿Qué significa para usted protagonizar la producción que marca el regreso de las novelas a la televisión local?
-Me siento más que feliz y honrada de que me hayan llamado para que formara parte de este elenco, integrado por las caras de las novelas en la televisión venezolana y más, en este momento, que queremos retomarlas después de que en un tiempo fuimos líderes en el mundo, así sea para que se abran más oportunidades y la gente pierda el miedo. Para mí ha sido súper importante reencontrarme con mi país, trabajar con todos estos compañeros espectaculares y ser parte de crear un producto hecho en Venezuela con venezolanos para el mundo, eso me hace feliz.

-En una época en la que las plataformas streaming dominan, ¿cuál es el mayor reto que enfrentan las producciones dramáticas latinoamericanas?
-Pienso que el entrar. Creo que cumplimos con los requisitos para entrar, tenemos un buen producto, buenas actuaciones, buena dirección, buenos técnicos, lo tenemos todo para entrar en la industria del streaming, para que vean que Venezuela está haciendo producciones. El reto era dar el primer paso y lo acabamos de dar (risas), así que la idea es seguir.

-¿Qué feedback ha recibido de los televidentes tras la transmisión de los primeros episodios?
-Hasta ahora súper bien. Obviamente, hay de todo, Hay muchas opiniones: hay gente que está contenta y feliz y lo agradezco en el alma porque ¡qué maravilla es que los venezolanos apoyemos nuestro producto y el retorno de los dramáticos! Y, por otra parte, están los haters que es normal. Prefiero apoyarme en los buenos comentarios, en las críticas constructivas y en la buena vibra más que en lo demás.

-¿Se considera crítica de su trabajo?, ¿se mortifica pensando: “He podido hacerlo de otra manera” o disfruta el ejercicio?
-Sí, soy muy crítica. De hecho, cuando estamos en grabaciones, a mí no me gusta revisar mis escenas. Si me siento incómoda en el momento de la interpretación, le pido su opinión al director y, si tenemos la oportunidad de repetirla, enhorabuena. No puedo evitar que cuando veo el producto realizado, al aire, me critique algo y piense: ‘Pude haber hecho esto o dicho aquello”. Es inevitable porque, en mi caso, es parte de mí, pero trato de disfrutarlo porque ya lo hecho, hecho está, así que no vale la pena llover sobre mojado.

-¿Cómo se sintió en este viaje a Venezuela? ¿La hizo considerar quedarse o prefiere ir y venir?
-Hace años decidí quedarme en Estados Unidos con Yul (Burkle) y mi hija. Así que por eso no contemplé regresar, más bien ir y venir, como lo hice durante los primeros años cuando me fui, pero eso no quiere decir que no ame a Venezuela. Me encanta. Ver el Ávila es una cosa tan reconfortante que, a veces, me dan ganas de llorar. Casi todos los días que lo hacía quería llorar de la emoción. Esté donde esté, amo a mi país, donde quiera que esté, lo voy a hacer. Es mi raíz. Eso no se olvida ni se desecha.

-¿Hasta qué edad se ve actuando?
-Hasta que el cuerpo aguante (risas).

-¿Considera grato o ingrato al mundo del entretenimiento cuando se trata del paso del tiempo?
-Ingrato, sí, pero los culpables somos nosotros mismos, la sociedad en la que vivimos que decide ponerse muy exigentes. Yo me siento bien para mis 49 años. Sé que no aparento mi edad, no creo que aparente 30, pero gracias. Sí es algo fuerte, existe una presión social constante que manda que la gente se tenga que ver más joven que su edad real. Yo, desde que llegue a esta edad, pienso que lo primordial es la salud. La estética también porque quiero llegar a viejita viéndome bonita, arregladita, estiradita. Soy pro operaciones, para eso existen, también el bótox y los fillers. Todavía no he llegado a los fillers ni a operaciones de cara, pero sé que lo haré porque estoy a favor, mientras se haga con prudencia. Los actores sí envejecemos, como todo el mundo, solo que los televidentes quieren vernos siempre jóvenes. Yo no sé por qué y nosotros adquirimos ese compromiso como si fuera un pacto. A mí me verán viejita y estiradita.

-¿Tiene algún personaje en el tintero?
-En este momento, no. Después de haber interpretado a Marilyn Ortiz en Dramáticas estoy retomando mi podcast En las buenas y en las malas, con Yul. Y si llega la oportunidad de interpretar otros personajes, feliz haré mis castings porque amo actuar. A esta altura de mi vida, me siento lista con el talento que Dios me dio para hacerlos, contando con un escritor y con un director que quieran trabajar conmigo para crearlos. Mientras pueda seguir dando lo mejor de mí en las artes escénicas, seré feliz y espero hacer feliz al público que me vea, acepte y quiera mi trabajo.

Con información de El Universal.

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