El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) registró un hacinamiento de 64,19 % durante el año pasado, con una población reclusa de 33.558 personas sobre una “capacidad real instalada” de 20.438 plazas.
“Venezuela cuenta con 52 centros de reclusión, con una capacidad instalada total de 26.238. Sin embargo, en 2022 solo se mantuvieron operativos 45 centros para una capacidad real instalada de 20.438 plazas. Ello indica un hacinamiento en riesgo crítico”, dijo la organización.
En Venezuela solo 17 centros de reclusión albergan población reclusa conforme a su capacidad instalada, mientras que los 28 restantes se caracterizan por permanecer “superpoblados”.
La ONG explicó que, en comparación con años anteriores, en 2022 se computó un descenso en la población carcelaria de 4,5 %, lo que equivale a 152 privados de libertad menos que en 2021.
Para finales del año pasado, los centros penitenciarios albergaban 30.998 hombres y 2.560 mujeres, es decir, por cada 12 sujetos privados de libertad había una mujer en la misma condición.
Solo 2% del total de personas privadas de libertad en Venezuela son extranjeros, unos 670 ciudadanos, subrayó.
“Las condiciones de reclusión cada vez empeoran. Ningún centro penitenciario del país cuenta con los estándares mínimos de reclusión conforme al marco jurídico internacional, y mucho menos con un enfoque diferenciado”, apuntó.
Además del hacinamiento, el OVP dijo que la población reclusa se ve afectada por el escaso acceso a servicios básicos, una alimentación “deficiente o inexistente”, falta de atención médica y de acceso a la salud, violencia intracarcelaria y actos de corrupción, entre otras problemáticas.
