El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, expresó su deseo de que Turquía complete pronto la ratificación de su ingreso en la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (Otan), después de que el lunes se levantara el veto que Ankara mantenía desde hace 14 meses por las supuestas reticencias de Estocolmo a cooperar contra el terrorismo kurdo.
Así lo manifestó desde la cumbre de líderes aliados que se celebra en Vilna, Lituania, donde evitó dar una fecha concreta para su incorporación formal a la alianza.
“Me quedo con las palabras del secretario general, Jens Stoltenberg, de que será lo antes posible. Esto dará el marco para el proceso que tenemos por delante”, declaró Kristersson, quien celebró los “pasos decisivos” para la adhesión de Suecia a la Otan.
El líder escandinavo defendió que su país, tras 200 años de política de neutralidad, busca protección pero también aportará seguridad común a los aliados. “Suecia tiene mucho que traer a la mesa de los aliados, ahora espero la ratificación final”, señaló.
Hungría, el otro escollo
Además de Turquía, otro país miembro de la Otan que aún no ha dado luz verde a la entrada de Suecia en la alianza es Hungría, cuyo Gobierno de tintes autoritarios ha mantenido una postura crítica con algunos socios europeos por cuestiones como el Estado de derecho o la migración.
Sin embargo, Kristersson se mostró “seguro” con las declaraciones de Budapest, que ha asegurado que no pondrá trabas a la adhesión sueca.
Como parte del acuerdo para desbloquear la situación, Suecia se ha comprometido con Turquía a apoyar activamente los esfuerzos para revitalizar adhesión de Ankara al bloque europeo.
Al respecto, el premier sueco argumentó que Estocolmo siempre ha defendido la buena relación entre la UE y Turquía, quitando hierro a que Suecia vaya a cambiar su política.
