La Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) juramentó este jueves a su nueva junta directiva para el periodo 2021-2023, que estará presidida por Carlos Fernández, como presidente del grupo gremial, quien estará acompañado de Adán Celis como primer vicepresidente, Felipe Capozzolo, segundo vicepresidente y César Guillen como tesorero.
Durante su discurso de aceptación en la 77° Asamblea Anual de Fedecámaras, Fernández resaltó que el principal problema que tiene la economía en Venezuela es el mínimo ingreso de los trabajadores y planteó que la única forma de hacerle frente es con soluciones de mercado.
Señaló que como consecuencia de la destrucción del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos años en Venezuela, el país tardará 40 años en regresar a los 320.000 millones de dólares de PIB que había en 2013.
“Ojalá podamos crecer 10 % anual para que entonces podamos recuperarnos en 20 años (…) La ley del trabajo es de 2012 y la crisis comenzó en 2013. ¿Casualidad o causalidad? Me da pena ver las liquidaciones de personas con 20 o 30 de servicios. Todo esto tiene solución de la mano del mercado, con políticas económicas que empoderen al ciudadano y que contribuyan sosteniblemente a elevar los ingresos”.
Subrayó que en una reunión autoridades celebraban que el salario promedio del sector privado sea equivalente a 70 dólares mensuales. “¿Cómo hace una empresa que trabaja a 10 % de capacidad y tiene que cubrir unos costos elevados, sobre todo en impuestos. Cuando tienen un ingreso que no sirve, las personas dejan de trabajar. Por eso mi preocupación por la pérdida del valor del trabajo. Ese es un valor occidental, republicano, nuestro, venezolano”, agregó.
“El país urge de soluciones”
El nuevo presidente de Fedecámaras centró su discurso en explicar por qué el diálogo institucional es indispensable para la recuperación de la nación. En su opinión, un diálogo amplio e inclusivo, en donde se convoque a la mayoría de los sectores de Venezuela, es la única manera de delinear un futuro, el cual hoy, según su opinión, no existe.
“Este país ya no espera más, lo que necesita, lo que urge es soluciones. La pobreza es la realidad que sacude a los venezolanos, y nosotros no podemos ser indiferentes. Nos separa una brecha enorme de nuestro mundo, del mundo occidental”, manifestó.
Reconoció que en alguna medida “todos somos responsables de la crisis, pero no en la misma proporción. La culpa es de quienes dirigen, fijan las reglas. No es posible pretender un borrón y cuenta nueva. Cada quien tiene que pagar por lo que haya hecho”, dijo.
“El acercamiento no es un objetivo, es un medio. El objetivo es muy superior. Cuando hicimos el acercamiento con el Ejecutivo, que fue tan costoso para la institución, lo hicimos porque entendimos que debíamos ser parte, incidir en las soluciones”, explicó.
Según Fernández, el compromiso del nuevo equipo a cargo de Fedecámaras es la continuación del diálogo con el Ejecutivo Nacional, pero resaltó que debe tener voluntad para llegar a los resultados.
“Nos preocupa que la sociedad pierda la confianza en la política. Perdimos el siglo XIX en guerras y éramos el país más pobre y atrasado de América (…) La política no se va a acabar, pero se puede tomar otro camino”.
“Apoyar la negociación”
“Tenemos que apoyar la negociación, unirnos a quienes pueden apoyar esta negociación (…) El país va al garete, no tiene proyecto de desarrollo. El rentismo, que fue, en algunos sentidos, injustamente demonizado, se acabó, aunque no lo queremos sacar de nuestro corazón. Sin embargo, tiene que construirse un nuevo proyecto, un sueño prospectivo de vida en común”, prosiguió Fernández.
El representante del gremio empresarial también replicó un punto de la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez. ”Estoy en desacuerdo con eso que nosotros habíamos medrado del sistema cambiario y del rentismo. Ese modelo no nos lo dimos nosotros. Por el contrario, todos nuestros antecesores lo combatieron, advirtieron que no era viable (…) Yo advertí que la capacidad de consumo no era lo mismo que salir de la pobreza. Ese boom lo provocó el grosero endeudamiento y un populismo sin freno”.
“Tenemos que buscar un modelo productivo, que tenga como locomotora a la industria petrolera. Sin duda, que el petróleo tiene ya menos años de dominio por delante, pero seguirá teniendo demanda, a través de otros usos. Los activos petroleros se van a gastar, como se gastaron los activos sociales que fueron los que nos permitieron resistir la crisis este tiempo”, sentenció.
