El economista venezolano Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, dijo este miércoles que la brecha cambiaria, es decir, la diferencia entre el precio del dólar en el mercado oficial y en el paralelo, asciende a un promedio del 22% en lo que va del mes de marzo.
«Eso es muy fuerte porque imagínate que tengas que fijar tus precios como lo manda la ley a la tasa del Banco Central, pero tienes proveedores que te exigen los pagos al paralelo o tienes que comprar dólares y no los consigues en el mercado oficial, así que los tienes que comprar al paralelo. Ese 22% de brecha te pega», expuso el experto.
Además, indicó que en el transcurso del 2025, el promedio de la brecha cambiaria también se ha ubicado en torno al 20 o 22%. Y agregó que para notar mejor el deterioro se puede evaluar lo que sucedió en 2024.
«En los últimos 12 meses, esa brecha promedia 16,5%. El punto máximo se alcanzó en diciembre de 2024 cuando llegó a 31,4% y lo mínimo fue de 4% en marzo del año pasado, hace justamente un año», detalló y recalcó: «Es decir que pasamos de una brecha del 4% a 22%» en términos interanuales.
«Yo diría que la brecha cambiaria hoy es el principal dolor de cabeza de los negocios y las empresas. De hecho, el grueso de las consultorías de Ecoanalítica en los últimos meses está centrado en ese tema», indicó Oliveros.
Reducción de los pagos en dólares
Debido a lo anterior, explicó el economista, las personas que tienen ingresos en dólares están optando por venderlos «entre privados» y efectuar sus pagos en bolívares, como un mecanismo para mitigar la brecha cambiaria.
Al respecto, precisó que un estudio llevado a cabo por Ecoanalítica permitió determinar que actualmente los pagos en bolívares representan el 89% de las operaciones en Caracas. Además, el porcentaje se eleva por encima del 90% cuando se trata de la compra de aliementos.
«Las empresas están moviendose a pagar sueldos y salarios en bolívares otra vez«, añadió y urgió al Ejecutivo a «atender este tema» del diferencial cambiario, ya que esto perjudica la experiencia de compra.
También recomendó a las empresas evitar trasladar el problema a los clientes. En ese sentido, refirió que, por ejemplo, algunos hoteles están incurriendo en prácticas como negarse a aceptar bolívares para las reservas.
Añadió que en el peor de los casos, los hoteles aceptan los bolívares para hacer una reserva que se concretará meses después, pero le indican al cliente que al momento de llegar al hotel deberá pagar una diferencia según lo que haya subido el dólar.
Dijo que este tipo de prácticas no son correctas, ya que al momento de recibir los bolívares, el establecimiento puede utilizarlos para sus movimientos de caja con normalidad, por lo cual no tendría necesidad de trasladar un diferencial al cliente.
Financiamiento del deficit
Por otra parte, Oliveros señaló que más llá de asuntos coyunturales, en Venezuela existen problemas estructurales que impiden estabilizar el mercado cambiario y la economía en general.
«El problema es que el Estado gasta estruturalmente más de lo que le ingresa«, indicó y reconoció que se han hecho esfuerzos para reducir el déficit que, según precisó, en el peor momento de la hiperinflación llegó a representar el 25 puntos del Produto Interno Bruto (PIB).
«Hoy, ese déficit está en torno al 3%», puntualizó y agregó que pese a esta reducción del déficit resulta muy problemático de llenar, debido a que en la actualidad el Estado venezolano no tiene acceso a financiamiento internacional y el mercado interno «también está muy contraido».
«La única forma que tiene de enfrentarlo, para decirlo de alguna manera, es emitiendo más bolívares. Eso tiene consecuencias», mencionó Oliveros, quien explicó: «Cierras el hueco emitiendo bolívares, pero generas un excedente que la economía tiene que absorber».
En consecuencia, explicó, al no ingresar suficientes dólares al sistema para absorber esos bolívares emitidos para financiar el déficit, se crean presiones que inciden en el aumento del precio de las divisas.
Baja intervención cambiario
Asimismo, el economísta explicó que además de que en Venezuela existe el problema estructural del déficit, también se suman factores coyunturales como el hecho de que las intervenciones cambiarias han caido sostenidamente desde agosto.
En ese sentido, dijo que en 2024 se evidenció un aumento de la liquidación de divisas previo a las elecciones del 28 de julio. Sin embargo, a partir de entonces el monto de las intervenciones ha descendido.
«En este momento estamos hablando de liquidaciones que van entre 150 o 200 millones al mes», dijo y señaló que julio del 2024, las intervenciones sumaron más de 1.500 millones de dólares.
Añadió que ha hecho falta aplicar acciones a favor del país aprovechando la dolarización de facto.
Incertidumbre
De igual manera, Oliveros indicó que la palabra que marca la economía venezolana es «incertidumbre». Al respecto, precisó que en lo que va del año 2025 se ha evidenciado una notable desaceración en varios indicadores como las ventas y el poder adquisitivo, al tiempo que se acelera la variación de precios tanto en bolívares como en dólares.
«Los únicos indicadores que han mostrado signos positivos son la recaudación fiscal, que aumentó, y el mercado petrolero, ya que la producción y los ingresos mostraron signos positivos», dijo, pero matizó que tras la revocación de la licencia que permitía las operaciones de Chevron en Venezuela se suma un factor de incertidumbre a la industria venezolana de hidrocarburos.
