Duros enfrentamientos se han desatado nuevamente en Siria, en medio de una arremetida protagonizada por hombres armados leales al antiguo régimen de Bashar al Assad -depuesto en diciembre de 2024- y las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno.
Se considera que este es uno de los episodios de violencia más graves en los 14 años de guerra civil en ese país, ya que en solo dos días ha causado al menos unas 1.000 muertes, según el el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), un grupo con sede en Reino Unido que se dedica a monitoprear el conflicto sirio.
De acuerdo con información compartida por la BBC, de los 1.000 fallecidos, 745 eran civiles que fueron asesinados «a sangre fría» en unas 30 masacres dirigidas por las fuerzas de seguridad contra la minoría alauita entre el viernes y el sábado.
Según la ONG, las masacres se dirigieron en contra de la minoría alauita, a la que pertenece Al Assad, en la zona de la costa mediterránea siria. Según las informaciones, cientos de personas han huido de sus casas
Al respecto, el líder sirio Ahmed el Sharaa dijo: «Debemos preservar la unidad nacional y la paz civil en la medida de lo posible y, si Dios quiere, podremos vivir juntos en este país». También afirmó que la situación actual era «un reto previsible».
Entre los muertos se cuentan 125 miembros de las fuerzas de seguridad gubernamentales dirigidas por islamistas y 148 combatientes pro-Assad.