Una nueva caravana de migrantes avanzó este martes por Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas, fronterizo con Guatemala, en un intento desesperado por llegar a territorio estadounidense antes de que Donald Trump tome posesión como presidente, tras su triunfo en las elecciones del 5 de noviembre.
“Hay que apresurar el paso, no sabemos qué medidas vaya a tomar Trump”, le dijo Alexander Altuve, un migrante venezolano de 38 años.
De acuerdo con las promesas electorales del magnate Trump, al llegar a la Casa Blanca declarará el estado de emergencia en Estados Unidos y recurrirá al Ejército para llevar a cabo “la mayor operación de deportación” de migrantes ilegales.
La actual caravana es la tercera que se produce desde las elecciones en Estados Unidos, y esta conformada principalmente por venezolanos. Según el reporte de la AFP, la mayoría de los caminantes son jóvenes y familias con niños pequeños.
“Hemos decidido caminar porque en nuestro país la situación está muy, muy crítica. Decidimos hacer esta caminata para buscar un futuro mejor”, indicó José Luis Fernández, un cubano de 35 años.
Para Trump, el ingreso de migrantes sin visa es una “invasión”, así que amenaza con aplicar aranceles de 25% a las importaciones mexicanas si la administración de Claudia Sheinbaum no aplica medidas eficientes para contener el flujo migratorio.
En ese contexto, la presidenta mexicana conversó telefónicamente con Trump el pasado miércoles para exponerle la estrategia de México para atender la crisis migratoria y el combate a las drogas. En la llamada, la mandataria le expresó al magnate estadounidense que las caravanas ya no llegan a la frontera gracias a la actuación eficaz de las autoridades mexicanas.
Con información de AFP y France 24
