Las autoridades de Venezuela detuvieron al exministro Pedro Tellechea, por la comisión de “delitos graves”, entre los que destaca la entrega del “cerebro de Pdvsa” a una empresa, cuyo nombre no se reveló, y que presuntamente está al servicio de la inteligencia estadounidense.
“Y son numerosas tramas simultáneas las que estamos investigando, muchas tramas vinculadas a Tellechea, por petróleo y, la más grave, es por la fuga de información. Hay al menos media docena de detenidos”, revelaron las fuentes a El País de España.
En lugar de Tellechea, el presidente de Venezuela colocó a Álex Saab, un empresario colombiano que ejerce, según Estados Unidos, de testaferro de Nicolás Maduro. La detención de Tellechea, un personaje público de perfil medio al que se le tenía por discreto y leal al chavismo, supone el mayor golpe interno de Maduro desde que se celebrasen las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que la comunidad internacional sospecha que el chavismo cometió un fraude y se apuntó una victoria que no le corresponde. Maduro se ha resistido a reconocer lo que parece una victoria de la oposición y, como él mismo ha anunciado, se posesionará el próximo 10 de enero, cuando acaba su actual mandato y comienza el siguiente.
El exministro ha sido detenido “después de una exhaustiva investigación científica”, de acuerdo al Ministerio Público. Tellechea entregó el Sistema de Control y Mando Automatizado, “conocido como el cerebro de Pdvsaa-la petrolera estatal-”, a una empresa controlada por los servicios de inteligencia de EEUU, según el relato de los hechos que hace el fiscal general de la República, Tarek William Saab. “Vulneró así todos los mecanismos legales y nuestra soberanía nacional”, dice Saab en un comunicado. A continuación, afirma que esto se ha realizado con la total cooperación del jefe de Estado, en este caso Nicolás Maduro.
El presidente ha emprendido una remodelación profunda de su Gobierno y los principales poderes del Estado. “A su lado, solo los más leales”, cuentan a este periódico varios dirigentes chavistas. La detención de Tellechea, sin embargo, no deja de ser sorprendente. Su destitución, que se vendió como una renuncia por su parte, resultaba extraña, ya que solo llevaba dos meses en el cargo. Anteriormente, fue ministro de Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), la petrolera estatal, entre 2023 y 2024, un cargo de un poder inmenso, pues el crudo es la fuente de financiación histórica del país.
Por eso, ha menudo sus dirigentes han protagonizado grandes casos de corrupción. Cuatro de sus últimos directos han sido acusados de desfalcos que suman miles de millones. El último señalado fue un amigo personal de Maduro, Tareck El Aissami, ahora detenido y encarcelado por liderar una trama que desvió más de 3.000 millones de dólares. Maduro se ha referido varias veces a la “traición” de Tareck, que llegó a ser uno de los tres-cuatro jerarcas chavistas más relevantes de su momento. “Le abrí las puertas de mi casa y así lo pagó”, ha dicho en reuniones privadas.
Tellechea, de 48 años, era uno de los miembros más jóvenes del Gobierno de Maduro. Pertenecía a las cuotas de poder que los militares tienen dentro del ejecutivo chavista, con rango de coronel de las Fuerzas Armadas Bolivarianas (Fanb). Así se despidió Tellechea hace dos días: “Quiero expresar mi más sincero agradecimiento por la oportunidad que me brindaron de formar parte del equipo combatiente de Gobierno, el cual me ha dejado una experiencia enriquecedora e inigualable. Sin embargo, después de una cuidadosa consideración personal y junto a mi grupo familiar, he tomado la difícil decisión de renunciar a mis responsabilidades dentro de esta organización, motivado a problemas de salud que requieren de mi atención inmediata. Agradezco a usted Sr. presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros y a nuestra vicepresidenta, Delcy Rodriguez, por la comprensión y el apoyo brindado durante este tiempo de gestión, donde siempre conté con sus oportunas directrices y apoyo irrestricto”.
Tellechea era parte la ola de militares que con la llegada de Nicolás Maduro al poder han colonizado la estatal petrolera venezolana. Entre 2020 y enero de 2023 estuvo en la industria petroquímica, hasta que fue nombrado presidente de Pdvsa. Antes de eso, había construido una carrera con pocas apariciones públicas dirigiendo la empresa mixta Metanol de Oriente y la CVG Venalum, la productora estatal de aluminio que dejó prácticamente inoperativa.