La sociedad civil de Venezuela permanece activa en la plataforma X (antiguo Twitter), que incluso lidera la “conversación sociopolítica” ante la ausencia de cuentas ligadas al chavismo en ella, tras un mes y medio de que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro ordenara su bloqueo, señalan expertos consultados por Voz de América.
La respuesta a todo aquel que trate de usar X dentro de Venezuela es la misma desde la noche del 8 de agosto pasado, cuando el presidente Nicolás Maduro ordenó restringirla y eliminarla: “no se puede acceder a este sitio”.
Aquella fue una medida “arbitraria” que, de fondo, repercute en el acceso a información de calidad, limita los derechos ciudadanos y aumenta el temor a consecuencias hasta de tipo penal en cientos de miles de ciudadanos, de acuerdo con los expertos consultados.
Semana y media después de los controvertidos resultados que le dieron la victoria en la votación presidencial del 28 de julio, Maduro ordenó restringir el acceso a X por 10 días o hasta que los responsables de esa red social formalizaran sus servicios en Venezuela.
Según el mandatario, sus adversarios la usaban para crear “zozobra” y su dueño, el magnate sudafricano Elon Musk, presuntamente lideraba un complot en su contra. De acuerdo con la oposición, esas herramientas fueron útiles para desvelar su presunto fraude electoral.
El plazo de la decisión sobre X se ha prolongado y el bloqueo persiste en Venezuela, constató la VOA. En algunos dispositivos electrónicos, como teléfonos inteligentes, la aplicación se cierra de golpe cuando se intenta ingresar a algún link o abrirla desde su inicio.
“La conversación se mantiene”
Aun así, ha habido un “uso activo” de X, las redes sociales y el internet para documentar, denunciar y visibilizar la campaña electoral, la cobertura de la votación presidencial, las protestas por el resultado y la “escalada de represión”, explica la politóloga Mariví Marín, directora fundadora de ProBox, una ONG que monitorea la discusión digital en el país.
“La actividad y conversación sociopolítica se mantienen”, apunta.
Cabe anotar que X sólo funciona en Venezuela con el uso de un VPN, que crea una red privada virtual entre dispositivos en Internet para mayor privacidad, seguridad y anonimato.
Una investigación de ProBox, realizada entre el 9 de agosto y el 1 de septiembre, determinó que miembros de la sociedad civil, críticos con los resultados electorales, posicionaron 35 tendencias sociopolíticas y ocuparon el 70 % de los mensajes en X.
Antes, era el chavismo quien dominaba la conversación “contaminando la red con propaganda, desinformación y noticias falsas”, ocupando más del 90 % de los tuits y posicionando el 81,15 % de las tendencias de Venezuela en 2023, según la ONG.
El bloqueo de X, que Marín atribuye a que el oficialismo “perdió el control de las narrativas en redes sociales a partir del 28 de julio, provocó la inactividad de cuentas del gobierno madurista, como el de su ministerio de comunicaciones e información, detalla.
Marín menciona que “no todo el oficialismo” acató la orden de Maduro de dejar de usar X. Según sus investigaciones, muchos de “los habituales desinformantes” del chavismo, como cuentas de bots y de personas que forman parte del aparato comunicacional del Estado venezolano, siguen ingresando a la red social para “seguir difamando y mintiendo”.
“Los ciudadanos y la protesta han ganado espacio luego de replegarse una parte de la estructura de propaganda del oficialismo, que era lo que más contaminaba de forma masiva la conversación en esta red”, asegura la especialista a la Voz de América.
El bloqueo de X ha traído como consecuencia “un nuevo capítulo” de vigilancia en redes sociales, ampliación de la censura y restricción de las libertades de expresión en Venezuela, afirmó ProBox en un reportaje de audio compartido en plataformas digitales.