“Soy un hombre de fe”… Así corteja Maduro a la comunidad evangélica venezolana

Foto: Prensa Presidencial de Venezuela.

“Voluntariamente entrego mi nación a Cristo”, declaró el presidente venezolano Nicolás Maduro durante un “acto cristiano de arrepentimiento”. Acompañado de pastores y luciendo una bufanda con la inscripción Jueces 9,8-15, una parábola sobre los peligros del poder absoluto, Maduro hizo esta afirmación.

Maduro, quien busca un tercer mandato de seis años en las elecciones del 28 de julio, suele combinar política y religión, definiéndose tanto como “marxista” como “cristiano”.

Ha destinado importantes recursos del Estado para atraer a la comunidad evangélica, que según estimaciones privadas, representa entre 1,2 y 1,5 millones de votantes. Aunque el padrón electoral es de 21 millones, se estima que solo 17 millones de personas que permanecen en Venezuela y no han emigrado podrían votar.

“Soy un hombre de fe, progresiva, aprendida, en la lucha de la vida y creciente”, expresó Maduro en un acto en el palacio presidencial de Miraflores, “la casa del pueblo en Cristo”. “He encontrado a Dios en mi camino, lo he visto”, añadió.

“Proselitismo”

En marzo, Maduro lanzó el bono ‘El buen pastor’, un aporte de unos 12 dólares mensuales destinado a unos 20.000 ministros de la iglesia cristiana. Un año antes, creó el plan ‘Mi iglesia bien equipada’, enfocado en reparaciones y mejoras a los templos.

“Es proselitismo bajo velo de religiosidad”, explicó a la AFP María Verónica Torres, profesora e investigadora de la Universidad Monteávila. “Estas iglesias evangélicas que supuestamente lo apoyan no suman votos sino que mantienen los que ya tiene”.

El Consejo Evangélico de Venezuela, que agrupa congregaciones tradicionales, ya expresó “preocupación” por los actos recientes de Maduro.

El acercamiento no es nuevo. El expresidente Hugo Chávez (1999-2013) también mantuvo una relación estrecha con el evangelismo, mientras se distanciaba de la crítica Iglesia católica.

“Nos hizo visibles”, comentó Amir Alcoba, pastor en Santa Lucía, en los Valles del Tuy, cerca de Caracas. “Hasta la llegada del presidente Chávez al gobierno de Venezuela había una separación muy marcada entre los políticos y los evangélicos”.

“Amigo de la iglesia”

En la iglesia Filadelfia del pastor Alcoba se celebra el día del padre con charadas, concursos de baile y de conocimiento bíblico para ganar comida. Premian al feligrés con más hijos, al más joven y al más viejo.

Santa Lucía es una zona muy pobre y esos kilos de arroz, pasta o azúcar son de gran ayuda.

Alcoba dice que “evita al máximo” hablar de política en su sermón. “Sin embargo, sí motivo a la iglesia para que ejerza su derecho al voto”.

Pedro Rafael Iriarte, un pensionado de 66 años y fiel de la iglesia Filadelfia, ve el acercamiento de Maduro a los evangélicos como “una estrategia política para atraer votos”.

“No me agrada, no simpatizo con eso”, afirmó. “Me parece hipócrita, buscan su propio beneficio”.

Por otro lado, la docente Marcia de Serrada, otra fiel de 55 años, considera que estos planes sociales “parecen bien”. “Hay mucha necesidad”.

Filadelfia ha recibido “algunas sillas, micrófonos, un ventilador” a través de ‘Mi iglesia bien equipada’, señaló el pastor Alcoba.

“Maduro es un amigo de la iglesia”, aseguró Juan Gómez, pastor y secretario de Asuntos Religiosos del estado Miranda, que abarca los Valles del Tuy y tiene unos 650.000 evangélicos y casi 5.000 iglesias registradas.

Muchos ven las ayudas y bonos “como compra de conciencia”, pero “Maduro lo hace para cumplir como presidente”, insistió.

“Sana nuestra tierra”

Además de Maduro y el principal opositor, Edmundo González Urrutia, hay otros ocho candidatos minoritarios. Entre ellos, destaca el pastor Javier Bertucci, quien ya aspiró a la presidencia en las elecciones de 2018, de las que la oposición se marginó por considerarlas fraudulentas.

En esa ocasión, obtuvo un millón de votos. Hoy sabe que no puede ganar, pero busca formar una fuerza política alrededor de la religión.

“Las personas que asisten a las iglesias no dejan de ser venezolanos y sufren las mismas cosas. Se les va la electricidad, el sueldo no les alcanza…”, dijo a la AFP, al tiempo que criticó a Maduro por su “ambigüedad” religiosa y por sus cambios en su “línea de fe”.

En el acto en el palacio presidencial de Miraflores, un pastor se lanzó al piso en pleno ruego de arrepentimiento, antes de la oración de Maduro.

“Te pido perdón en nombre de mi gobierno y de mi pueblo”, dijo el presidente. “Perdónanos, sana nuestra tierra”.

Con información de SWI swissinfo.ch /EFE.

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