El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo este martes en una décima las previsiones de crecimiento económico para América Latina y el Caribe en 2024, situándolas en un 1,9%. Esta revisión se debe “esencialmente” a la contracción fiscal que experimentó Argentina durante el último trimestre de 2023.
Este ajuste se refleja en el último informe de perspectivas económicas (WEO, por sus siglas en inglés) del FMI, que actualiza el publicado en abril, cuando la previsión de crecimiento para la región en 2024 era del 2%.
No obstante, Petya Koeva, subdirectora del Departamento de Investigación del FMI, aclaró en una entrevista con EFE que esta reducción es “muy pequeña”, destacando la estabilidad de la región.
En el informe de abril, el FMI también proyectaba que el crecimiento de América Latina y el Caribe en 2025 sería del 2,5%, y la actualización de julio lo eleva al 2,7%.
El FMI observa una desaceleración en América Latina
En 2023, la región creció un 2,3%, por lo que estas nuevas estimaciones anticipan una ligera desaceleración antes de retomar el impulso.
Koeva explicó que las últimas previsiones responden a una combinación de factores, incluyendo políticas de restricción monetaria y la desaceleración de los principales mercados, además de señalar que existen “narrativas muy diferentes” entre los países de la región.
El pronóstico del FMI para 2024 y 2025 en esta región es significativamente inferior al previsto para el conjunto de mercados emergentes y economías en desarrollo, que se sitúa en el 4,3% para ambos años, y también al de la economía global, que se espera crezca un 3,2% en 2024 y un 3,3% en 2025.
El caso de Argentina
Koeva señaló que, excluyendo a Argentina y Venezuela, la región muestra un crecimiento del 2,7% en 2023 y del 2,4% en 2024 y 2025.
La tasa de crecimiento de Argentina en 2022 fue de -1,6% y ahora se sitúa en -3,5%, una revisión a la baja de siete puntos, aunque el FMI espera una recuperación en 2025.
“Hacia finales de año, esperamos que el impacto de esta contracción fiscal disminuya, que se restablezca la confianza y, básicamente, que la economía nacional se recupere”, afirmó Koeva sobre Argentina.
Un factor que genera optimismo en el FMI respecto a Argentina es la reducción de la inflación, que en mayo bajó a 4,2 puntos, la lectura más baja desde principios de 2022, según Koeva.
Brasil y México, a la baja
Las previsiones para Brasil y México, las dos principales economías de la región, también se revisaron a la baja en una décima y dos décimas, respectivamente, situándolas en un crecimiento del 2,1% y del 2,2%.
Se espera que ambos países continúen creciendo en 2025, con un aumento del 2,4% para Brasil y del 1,6% para México.
El crecimiento previsto para ambos países no supera las cifras de 2023, cuando la economía brasileña creció un 2,9% y la mexicana un 3,2%.
En el caso de Brasil, la revisión a la baja refleja el impacto a corto plazo de las extensas inundaciones, pero las previsiones para 2025 son optimistas debido a la reconstrucción posterior a estos eventos.
“Aun en medio de políticas más restrictivas, tanto monetarias como fiscales, estamos proyectando tasas de crecimiento relativamente robustas”, comentó Koeva sobre Brasil y México.
En cuanto a México, Koeva añadió que la desaceleración en el crecimiento también se debe al endurecimiento de las políticas y a la ralentización de la economía estadounidense, que afecta al mercado mexicano.
“El reto que tenemos por delante es continuar con la reducción de la inflación y con la reconstrucción de las reservas fiscales, al mismo tiempo que reforzar el potencial de crecimiento”, concluyó.
Con información de EFE.