Carolina Leal, una ciudadana de a pie, solía apoyar inquebrantablemente al presidente Nicolás Maduro y a su predecesor Hugo Chávez.
Pero ahora Leal, fundadora de la organización benéfica ‘Alimentando un sueño’, pasa sus días alimentando a niños hambrientos y a veces desnutridos en Maracaibo, en el estado venezolano de Zulia, rico en petróleo. Y ahora no está tan segura.
“Yo defendía la revolución”, dijo Leal a Reuters. “(Pero) me cansé de ver a la gente morir de hambre”.
Venezuela votará por su próximo presidente el 28 de julio, y la situación desesperada en la que viven muchos estará en la mente de la gente. A pesar de una reciente recuperación económica que ha sido muy promocionada por el gobierno de Maduro, muchas familias pasan hambre y dependen de la ayuda para alimentarse.
“Hemos salvado vidas, hemos visto brillar los ojos de muchos niños, que es lo más gratificante”, dijo Leal, de 47 años, mientras sostenía en brazos a Juan Camilo, un bebé de tres meses, que es alimentado por la fundación.
Nicolás Maduro, que ha estado en el poder desde 2013, espera ganar un tercer mandato en julio, compitiendo contra el candidato opositor Edmundo González, un exdiplomático.
Pero a medida que avanza la campaña electoral, Leal dice que se mantiene enfocada en una cosa: los niños.
“Hemos venido a soportar la vida, simplemente dándoles esperanza, una comida que disfruten y que los haga sentir valiosos”, dijo Leal.