El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió este martes que “casi se queda dormido” en su debate presidencial contra Donald Trump, y alegó ello al “cansancio” producto de los viajes que realizó pocos días antes a Italia para la cumbre del G7 y a Francia para un nuevo aniversario del desembarco de Normandía.
“Decidí dar la vuelta al mundo un par de veces poco antes del debate. No escuché a mi equipo y luego casi me duermo en el escenario”, confesó en un evento de recaudación de fondos en McLean, en Virginia y a las afueras de Washington. “No es una excusa, sino una explicación”, argumentó.
A Biden le han llovido las críticas tras su pobre desempeño en la confrontación contra el exmandatario. En esa cita, el demócrata denotó una imagen envejecida, con voz ronca y no concluyendo varias frases, lo que afloró las dudas entre los votantes y miembros del Partido Demócrata sobre su condición para seguir en el poder y medirse a Trump en noviembre.
El gobernante participó brevemente en el acto que duró seis minutos mas o menos, reseñó EFE. En él, también expresó que lamentaba su pésima actuación en el debate, que consideró “crucial” para triunfar en los comicios.
Luego, su equipo lo escoltó a la salida del recinto, pese a que Biden suele dar discursos más largos en este tipo de eventos en los que se encuentra con donantes de su partido.
Tras su actuación en el debate, fuentes cercanas al equipo de Biden insistieron en que la ronquera que presentó respondía a un resfriado que experimentó por varios días.
Este martes la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, indicó que el presidente no estaba tomando una medicación durante el día del debate y rechazó que Biden sufriera alzhéimer o alguna clase de demencia.