La industria aeronáutica venezolana muestra signos de expansión, con la adición de nuevas rutas en respuesta al aumento de la demanda de pasajeros. Marisela de Loaiza, al frente de la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (Alav), destaca este crecimiento como un indicativo de recuperación post-pandemia.
Con 21 aerolíneas operando en el territorio nacional, de las cuales 13 son internacionales, Venezuela se posiciona como un núcleo de actividad aérea en ascenso. De Loaiza resalta la recuperación del sector tras los desafíos impuestos por el covid-19, evidenciada en el incremento sostenido de vuelos.
La presidenta de Alav subraya: “En 2021, había 105 vuelos internacionales semanales y 266 nacionales; en 2022 subió a 127 internacionales y 271 nacionales, y en el 2023 cerró con 147 internacionales y 290 nacionales. En la actualidad estamos con 176 vuelos internacionales y 294 nacionales”.
Estas cifras reflejan un alza del 10,53% en vuelos domésticos y un impresionante 67,62% en rutas internacionales desde 2021, un logro notable dadas las sanciones internacionales y un crecimiento económico considerado modesto.
Un cambio significativo en la dinámica de vuelos es la introducción de rutas inter-ciudades, facilitando la conexión entre distintas regiones sin la necesidad de transitar por la capital. Este desarrollo ha descongestionado aeropuertos y optimizado la experiencia de viaje.
“Ahora hay más interconexión dentro del país y líneas aéreas han tomado la iniciativa de hacer vuelos desde otras localidades de Venezuela; por ejemplo, Copa con la ruta Barquisimeto-Barcelona. Estos son vuelos que no existían antes”, señala Loaiza.
En cuanto a la ocupación de los vuelos, los números son prometedores. “Tomando en cuenta algunas referencias de líneas aéreas que están volando, hay más del 90% de ocupación”, enfatiza la presidenta de Alav.
Altos impuestos
Para sostener y potenciar el crecimiento del sector, De Loaiza insta a una revisión de las tasas impositivas en los aeropuertos. Argumenta que los impuestos en Venezuela superan el promedio regional latinoamericano, que se sitúa en el 44% del costo del boleto.
“Los boletos aquí pagan un impuesto al lujo, la tasa del aeropuerto de Maiquetía, el impuesto de salida en todos los destinos y esas son tasas que suman 70 dólares aproximadamente. Igualmente, los cargos que se les cobran a las líneas aéreas también hay que revisarlos”, explica.
El sector aéreo, según De Loaiza, requiere incentivos para prosperar, dada la baja rentabilidad y los elevados costos de mantenimiento y operación de las aeronaves.
Finalmente, De Loaiza señala mejoras en la calidad del servicio en las aerolíneas nacionales, incluyendo la puntualidad y una reducción en incidentes de seguridad y manejo de equipaje, fortaleciendo así la confianza de los pasajeros en la industria aérea del país.
Con información de Banca y Negocios.