La policía de Nicaragua informó este jueves que arrestó a un sacerdote católico en un departamento del norte del país —el tercero en una semana— y que lo investiga por “cometer actos que menoscaban la soberanía, la independencia y la autodeterminación” del país.
En un comunicado, la Policía Nacional informó que la noche del martes detuvo al sacerdote Jaime Iván Montesinos Sauceda, de 61 años, párroco de la iglesia Juan Pablo II del municipio de Sébaco, ubicado en el departamento de Matagalpa.
El religioso fue detenido en el sector de San José de los Remates, estaba a bordo de un vehículo en el kilómetro 104 de la Carretera Panamericana, y se encontraba “en actitud sospechosa, en estado de ebriedad y en compañía de una joven”.
Dijo que remitirá al investigado a las autoridades competentes para su enjuiciamiento, refirió AP.
Las autoridades de la Iglesia católica no comentaron de momento el arresto del padre Montesinos. Consultado por The Associated Press, el sacerdote exiliado Uriel Vallejos, expárroco de Sébaco, dijo que “no tenemos información” sobre su detención y las condiciones en que se encuentra.
El padre Montesinos es el tercer sacerdote católico arrestado en Nicaragua en la última semana. El 20 y 22 de mayo fueron detenidos los religiosos Eugenio Rodríguez, párroco de la iglesia Divina Providencia de la norteña localidad de Jalapa; Leonardo Guevara, párroco de la Catedral de Estelí.
Ortega ha acusado a la Iglesia católica de apoyar la revuelta social de 2018, que su gobierno calificó de fallido golpe de Estado. En marzo de 2022 el gobierno expulsó del país al nuncio apostólico Waldemar Sommertag y un año más tarde anunció la suspensión de relaciones con el Vaticano y el cierre de sus respectivas misiones diplomáticas, días después de que el papa Francisco calificara a su gobierno de “dictadura grosera”.
Como parte de su enfrentamiento con la Iglesia católica, Ortega mantiene en prisión al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien fue condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel por negarse a ser deportado a Estados Unidos junto con 222 opositores excarcelados y desterrados el 9 de febrero.
La rebelión social de 2018 en Nicaragua fue reprimida con violencia por policías y paramilitares leales al gobierno, cuyas acciones dejaron al menos 355 muertos, 2.000 heridos y más de 100.000 exiliados, según organismos humanitarios.