Turquía vivió este domingo una jornada histórica con la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas, en las que el actual mandatario, Recep Tayyip Erdogan, buscó revalidar su cargo frente a una oposición unida y esperanzada.
No obstante, Erdogan no logró superar el umbral del 50% necesario para evitar una segunda vuelta.
Su principal contrincante, Kemal Kiliçdaroglu, candidato de la Alianza de la Nación, que agrupa a seis partidos de distintas tendencias políticas, obtuvo un 45% de los sufragios El tercer candidato más votado es Sinan Ogan, que representa a la Alianza Ancestral, una coalición de partidos nacionalistas seculares, con un 5,23%.
Erdogan se mostró confiado en su victoria y se dirigió a sus seguidores desde la sede de su partido en Ankara. “Nuestro país ha culminado otra fiesta de la democracia con las elecciones del 14 de mayo”, afirmó.
El presidente turco agradeció el apoyo de los ciudadanos que acudieron a las urnas y de los miembros de la Alianza Popular, que integran su partido, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), el Partido de Acción Nacionalista (MHP) y otros tres partidos menores. “Nuestro país, nuestra nación ha ganado, Turquía ha demostrado que es una de las principales democracias del mundo con su firme compromiso con la voluntad de la nación”, dijo.
Las elecciones del 14 de mayo tuvieron un significado especial para Turquía, ya que coincidieron con el aniversario de las primeras elecciones democráticas del país en 1950, cuando Adnan Menderes derrotó al partido fundado por Mustafá Kemal “Atatürk”, padre de la Turquía moderna. Además, fueron las primeras bajo el sistema presidencialista que Erdogan impulsó con un polémico referéndum en 2017 y que le otorga amplios poderes ejecutivos.
