El Gobierno argentino anunció un incremento del 35% en el subsidio que reciben las familias de bajos recursos para la compra de alimentos, así como la implementación de dos nuevos ajustes trimestrales en el programa de ayuda social. El objetivo de esta medida es mitigar el impacto de la inflación, que ha acumulado más de un 100% interanual, y proteger el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables de la población con hijos o embarazadas sin empleo formal.
El presidente Alberto Fernández manifestó en su cuenta en Twitter que “no vamos a permitir que se especule con la comida de las familias argentinas”. Este mensaje va dirigido a los sectores de la industria alimentaria que el gobierno considera responsables por la escalada de los precios.
El aumento anunciado se aplicará a partir de mayo sobre el Programa Alimentar, una ayuda social que se le otorga a cerca de 2,4 millones de familias de bajos recursos para la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas. Dentro de ese universo, cuatro millones de niños están alcanzados por este beneficio.
Las familias con un hijo recibirán el equivalente a 77 dólares, monto que aumenta con la cantidad de hijos. En total, el gobierno desembolsará el equivalente a 550 millones de dólares este año. Este anuncio llega pocos días antes de conocerse la medición de inflación de marzo, la cual se estima estará alrededor del 7%.
Según el Banco Mundial, Argentina ocupa el cuarto lugar en un índice global de inflación en el rubro de alimentos, detrás únicamente de Zimbabue, Venezuela y Líbano. Como resultado de este flagelo, casi el 40% de la población argentina es pobre, según cifras oficiales del segundo semestre de 2022, y de ese porcentaje, un 8,1% son indigentes, lo que significa que no pueden cubrir sus necesidades de alimentos. En total, 18,6 millones de personas tienen problemas para subsistir en el país sudamericano.
