La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano iniciaron este lunes en la Ciudad de México el segundo ciclo de los diálogos para intentar poner fin a la confrontación que sostienen desde hace casi seis décadas y que estará centrado en lograr un cese al fuego nacional.
“En este ciclo tenemos que producir hechos”, afirmó el representante del gobierno, José Otty Patiño, quien apostó porque el alto el fuego genere “alivios permanentes”.
En este sentido, Patiño dijo que el reto es disminuir las confrontaciones armadas y la hostilidad hacia la sociedad civil no sólo en los territorios afectados sino en el resto de Colombia.
Por su parte, Pablo Beltrán, jefe de la delegación de la guerrilla fundada en 1964, habló de avanzar en “los preparativos para acordar un cese del fuego bilateral, temporal y nacional” y enfatizó la importancia de resolver las causas económicas del conflicto, como la desigualdad social, y no sólo buscar la “desmovilización automática de las rebeldías”, refirió The Associated Press.
También apostó por “una política antidrogas alternativa que deje de estar basada en la represión y en la guerra”.
Un nuevo ciclo del diálogo
Esta es la sexta vez que el ELN se sienta a negociar con un gobierno para buscar una solución política a un conflicto de décadas que ha tenido distintos actores armados y ha dejado más de nueve millones de víctimas de desplazamientos forzados, homicidios, secuestros, desapariciones y hostigamientos a lo largo de seis décadas.
El principal punto de inflexión en la violencia que vive el país fue la firma de los acuerdos de paz con la que fuera la principal guerrilla, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farxc) en 2016, un proceso que está en implementación y que ha tenido un nuevo impulso con el gobierno de Petro.
Pero después siguieron activos otros grupos armados de distinta naturaleza, desde escisiones de las Farc a grupos herederos del paramilitarismo y ligados al narcotráfico.
El diálogo fue retomado en noviembre de 2022 tras el ascenso al poder de Gustavo Petro, el primer presidente de tendencia izquierdista en Colombia y quien en su juventud militó en la extinta guerrilla M-19. Desde entonces ambas partes han dado gestos de voluntad de diálogo, el ELN liberando al menos 20 secuestrados y el gobierno suspendiendo las órdenes de captura que pesaban sobre los negociadores de la guerrilla.
La nueva etapa de diálogo ha tenido sedes itinerantes y el primer ciclo se desarrolló en Caracas. En el abierto el lunes en Ciudad de México se busca acordar la agenda definitiva de las negociaciones y definir cómo será la participación de la sociedad civil colombiana, un actor no visible en la mesa pero que, según el gobierno, debe ser el protagonista del proceso.
El cese al fuego se convirtió en un punto neurálgico de la negociación debido a que en enero el gobierno lo decretó sin que el ELN estuviera de acuerdo, generando una crisis al interior de la mesa. Las partes se reunieron de manera extraordinaria en Caracas para resolver el incidente.
