El canciller de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, aseguró que la UE “tiene que abordar un proceso de rearme si quiere estar a la altura de los desafíos que tiene”, y abogó por la coordinación entre países para lograr hacerlo de forma armonizada.
Así, sostuvo que la guerra en Ucrania ha servido a la UE para darse cuenta de que hace falta este rearme, aunque añadió que la Unión también tiene “otros desafíos” en el mundo.
Explicó que la industria europea de defensa está trabajando a plena potencia para reponer las armas que se han destinado a Ucrania, y apostó por pensar en la capacidad defensiva del conjunto de la Unión: “Si eso lo hace cada país por su cuenta va a ser un despilfarro de recursos”, avisó.
No ve posible que vaya a existir un ejército europeo, pero destacó que se debe avanzar para hacer que la fuerza militar europea sea más potente, ya que considera que “ahora no lo es”, y también aseguró que no es suficiente con tener el paraguas de Estados Unidos, porque habrá conflictos en los que los norteamericanos no querrán entrar.
El jefe de la diplomacia europea también sostuvo que Europa “no se embarcará en una carrera armamentística” con la guerra de Ucrania, y agregó que la UE es un proyecto de paz y no una alianza militar.
“Queremos tener capacidad de coordinación de nuestras fuerzas armadas, pero no tenemos que hacer una Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte) europea”, y sostuvo que se debe reconstruir el sistema de seguridad europea como ocurrió con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce) al acabar la guerra fría, pero ve difícil hacerlo ahora mismo sin saber cómo acaba la distribución de poder dentro de Rusia.
Borrell cree que es muy pronto para pensar en cómo serán las relaciones con Rusia después de la guerra con Ucrania, y advirtió que cabe la posibilidad de que el conflicto pueda “no terminar sino congelarse como en Corea” y que se cronifique con un alto al fuego y una línea de frente.
