La guerrilla comunista Ejército de Liberación Nacional (ELN) mantiene secuestrados desde hace una semana a dos soldados colombianos, capturados en el municipio araucano de Tame, y anunció que serán puestos en libertad “en los próximos días”, amenazando con que cualquier operación de rescate los puede poner en peligro.
Los secuestrados son los soldados Luifer Mejía y Fernando Urrego, quienes según el Ejército de Colombia fueron apresados cuando “se desplazaban de civil y en estado de indefensión”, un “repudiable hecho” que supone “una violación de los Derechos Humanos” y un “grave delito de lesa humanidad”.
Por su parte, el Frente de Guerra Oriental del ELN señaló que “los prisioneros de guerra” serán tratados “de acuerdo a las condiciones de guerra” actuales y que “en los próximos días serán dejados en libertad ante organismos de Derechos Humanos”.
A su vez, la guerrilla amenazó con que “toda acción ofensiva de rescate colocará en riesgo la vida de los prisioneros” y no se responsabiliza, por tanto, de “cualquier desenlace fatal” que podría producirse.
El anuncio del ELN se produce un día después de que las autoridades colombianas informaran de la detención de Carlos Alberto Ramírez, alias El Viejo, uno de los altos mandos de la guerrilla al que se dio por muerto el año pasado.
El departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, es uno de los escenarios con mayor presencia de estos grupos armados, en disputa constante por los réditos logísticos y económicos que ofrece el narcotráfico y otros mercados ilegales gracias a las particularidades de esta región.
En Arauca se dirime la guerra abierta que mantienen el ELN y el Frente 1, la principal disidencia de la desparecida guerrilla de las Farc, que a su vez se encuentra enfrentada con la Segunda Marquetalia, ahora más debilitada tras las bajas de líderes como Henry Castellanos, alias Romaña, y Hernán Darío Velásquez, alias El Paisa, o el convaleciente Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez.
