El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ve con “preocupación” los efectos colaterales que pueden acarrear para los migrantes venezolanos la repentina adopción de nuevas políticas migratorias por parte de Estados Unidos, toda vez que podría abocar a miles de personas a quedarse atrapadas en su camino hacia el norte o “dar la vuelta”.
La alta comisionada adjunta Gillian Triggs agradeció en una entrevista a Europa Press la “generosidad” que Estados Unidos siempre ha demostrado en temas de acogida; por ejemplo, al abrir sus puertas a refugiados sirios o ucranianos, pero también reconoció que la agencia está “muy preocupada” por el hecho de que se mantengan algunas restricciones aplicadas durante los peores momentos de la pandemia de covid-19.
La Administración de Joe Biden anunció a mediados de este mes un plan para favorecer la entrada “legal y ordenada” de venezolanos, en virtud del cual el país norteamericano aceptará la llegada de 24.000 migrantes y devolverá a México a todos aquellos que intenten cruzar la frontera de manera irregular.
Cabe la posibilidad de que muchos “se den la vuelta” porque “ahora saben que no tienen oportunidad” de cruzar la frontera sur estadounidense, según Triggs, que teme incluso que puedan verse abocados a cruzar en sentido contrario el Tapón del Darién, una zona selvática de difícil acceso entre Panamá y Colombia. “No puedo ni imaginar cómo tiene que ser pasarlo de nuevo”, señaló.
La responsable de Acnur, que acudió en Oviedo (España) a la entrega de los premios Princesa de Asturias, advirtió que la crisis migratoria de Venezuela dista de estar acabada. “A corto y medio plazo, esa gente no volverá a Venezuela”, de donde huyeron buscando protección o simplemente “mejores oportunidades económicas” y servicios básicos”, agregó.
La ONU estima que hay más de 7,1 millones de venezolanos refugiados y migrantes en todo el mundo, de los cuales más del 80% están siendo acogidos en 17 países de América Latina y el Caribe. Triggs destacó en particular el “destacado ejemplo” de Colombia, con medidas como la extensión de la vigencia de los pasaportes venezolanos por un periodo de hasta diez años.
Los migrantes, indicó Triggs, deben ser capaces de “reconstruir sus vidas” estén donde estén, para lo cual necesitan siempre una “oportunidad” y sentirse “bienvenidos”.