El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, propuso ante los líderes del G7 el envío de una misión internacional de observación a la frontera con Bielorrusia, para que un actor externo pueda acreditar que las fuerzas ucranianas no han perpetrado ningún ataque contra el país vecino ni tienen previsto hacerlo en el futuro.
Zelenski aprovechó la reunión de urgencia de las principales potencias para llamar la atención sobre Bielorrusia, que ya sirve como plataforma de ataques para los intereses de Rusia y representa ahora “una amenaza mayor”, ante la evidente sintonía entre los presidentes Alexander Lukashenko y Vladimir Putin.
Según Zelenski, “Rusia está intentando arrastrar de manera directa a Bielorrusia en esta guerra, con provocaciones que hablan de que estamos preparando un ataque”. Sin embargo, “Ucrania no ha planificado ni planifica acciones militares contra Bielorrusia”.
Por ello, y ante la escalada retórica que llega desde Minsk, el mandatario ucraniano ofreció como “solución” el despliegue de una misión de observación. No aclaró el formato, que deja en manos de negociaciones diplomáticas futuras, pero instó a los países del G7 a respaldar la propuesta.
El mandatario agradeció en términos generales el respaldo de sus socios internacionales después de dos días en los que las fuerzas rusas lanzaron más de un centenar de misiles sobre distintas ciudades de Ucrania, pero confía en que la ayuda vaya a más. También afirmó que la Inteligencia ucraniana sospecha que Rusia ordenó 2.400 drones a Irán que ya habría comenzado a utilizar sobre Ucrania.
Por ello, reclamó más equipos de defensa antiaérea, ya que los considera clave para eliminar “el principal elemento del terror ruso”, los ataques con misiles. Quiere que el tema forme parte también de la agenda de la reunión de ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) prevista para el miércoles, a la que se invitó también a Ucrania.
Sin embargo, Zelenski alertó que las acciones rusas “no se limitan a los misiles” y, en su esfuerzo por “provocar el caos en Ucrania y en todo el mundo democrático”, estaría promoviendo otro tipo de acciones, desde el “sabotaje” sobre gasoductos en el mar Báltico a la crisis alimentaria “artificial”, que afecta a todo el mundo, pasando por un “chantaje” nuclear por el control que ejerce sobre la central de Zaporiyia.
Más presión
Zelenski agradeció las sucesivas rondas de sanciones —ocho en el caso de la Unión Europea (UE)— pero pidió más. Tras la “nueva fase de la escalada” que parece haberse iniciado, “se necesita un nuevo paquete, uno fuerte”, en palabras del presidente, partidario de “bloquear” el sector energético ruso con topes “duros” sobre el precio del gas y el petróleo.
“Estos pasos pueden acercar la paz. Animarán a un país terrorista a pensar en la paz, en las pérdidas de la guerra”, argumentó el presidente durante su discurso, difundido por su oficina.
Zelenski, como ya expresase en otras ocasiones, no ve margen para dialogar con Rusia mientras Putin siga en el Kremlin. “Todo el mundo debería darse cuenta de que solo habrá conversaciones con otro líder en Rusia (….) o en una configuración muy diferente, para que el gran terrorista no tenga la oportunidad de influir en decisiones clave“, dijo, en alusión al mandatario septuagenario con más de 20 años en el poder.