El secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, calificó de “repugnante” la amenaza del uso de armas atómicas en el conflicto de Ucrania y lamentó que el mundo está “cercano al abismo de una guerra nuclear”.
“La amenaza del uso de este tipo de armas en el conflicto de Ucrania, que ha devuelto la guerra en Europa a una dimensión no vista en generaciones, es repugnante”, declaró el alto prelado del Vaticano en su intervención este lunes en las Naciones Unidas.
Hace una semana, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el reclutamiento de 300.000 reservistas para refurzar su cruenta invasión a Ucrania, al tiempo que volvió a amenazar a Europa con el uso de armas nucleares.
Parolin intervino en una reunión de alto nivel con motivo del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares para subrayar la necesidad de un mundo libre de armas nucleares y reclamar el compromiso de todos los países del mundo para regularlas.
Esto “amenaza todo futuro posible”
“La energía nuclear es una amenaza inminente que tiene implicaciones devastadoras para toda la humanidad y muestra que el objetivo de eliminar definitivamente las armas atómicas, como escribió el Papa en Fratelli tutti, es ‘tanto un desafío como un imperativo moral y humanitario'”, destacó Parolin.
Sin embargo, manifestó que “las acciones de los Estados que poseen un arsenal nuclear distan mucho de conducir a ese resultado, porque al ampliar y modernizar sus armas atómicas siguen confiando en la disuasión atómica, haciendo caso omiso de las obligaciones de los tratados internacionales, como el artículo seis del Tratado de No Proliferación Nuclear”.
El pasado mes de agosto, los países firmantes del acuerdo para regular y estabilizar los arsenales atómicos —que data de 1968— se reunieron en la 10ª Conferencia de Revisión del Tratado, pero no lograron llegar a ningún acuerdo. La Santa Sede ha seguido “con preocupación” esta circunstancia. “Incluso si el proyecto hubiera sido aprobado”, incidió el cardenal Parolin, “la falta de nuevos compromisos significativos en materia de desarme en el texto no habría acercado a la humanidad a un mundo sin armas nucleares“.
El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares de 1996 aún no ha sido ratificado por los ocho Estados signatarios, por lo que la Santa Sede abogó por “relanzar las negociaciones”. “Sin avances tangibles hacia estos fines —concluyó el Secretario de Estado— el sistema actual corre el riesgo de erosionarse. Mientras existan las armas nucleares, no se puede descartar la posibilidad de su uso y esto, como dijo el Papa Francisco en Hiroshima en 2019, ‘amenaza todo futuro posible para nuestra casa común'”.