El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció que “se ha tejido una perniciosa campaña mundial de descrédito” para asfixiar al país por desafiar al “régimen de pensamiento único” de la economía de mercado y la globalización.
Maduro aseguró que este modelo es la “versión moderna de la colonización” y alertó del “rebrote de la xenofobia y la aporofobia, los discursos y crímenes de odio y la intolerancia” que crecen “al cobijo” de partidos y gobiernos ultraconservadores y de extrema derecha, en una carta leída en la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU) por el ministro de Exteriores venezolano, Carlos Rafael Faría Tortosa.
El mandatario también hizo mención a las 913 sanciones económicas que califica de ilegales que pesan sobre el país, y que según él se traducen en “sufrimiento, privaciones y agresiones sistemáticas que coartan la vida y los derechos colectivos” del país. Maduro tasó en 150.000 millones de dólares (USD) las pérdidas por las sanciones en los últimos años.
También llamó a priorizar el restablecimiento del camino diplomático y del diálogo político, por encima del enfrentamiento militar, y aseguró que la humanidad “no sobrevivirá a una guerra mundial”. Por ello, manifestó su rechazo a las sanciones interpuestas tomadas contra Rusia —por la cruenta invasión de Ucrania por parte del presidente ruso, Vladimir Putin— y la “campaña de odio desatada en detrimento del pueblo eslavo”.
El mandatario reivindicó el papel de Venezuela en la crisis energética internacional por sus recursos de gas y petróleo y aseguró poner “sobre la mesa” su capacidad en materia de agricultura para la búsqueda de soluciones globales.
Además, pronosticó un cambio de época postimperial ante la presente crisis del “modelo civil occidental supremacista, imperialista, que niega, ataca e intenta suprimir al otro, a la diferencia”. En este sentido, llamó al “cambio ético” por parte de las viejas potencias a favor de la construcción de “un nuevo mundo común”.
