La jueza federal del Distrito Sur de Florida Aileen Cannon rechazó este jueves la petición del Departamento de Justicia estadounidense para acceder a los documentos clasificados sustraídos de la residencia de Mar-a-Lago del expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
En cambio, Cannon nombró a un perito especial propuesto por el equipo legal de Trump para que se encargue de revisar la confidencialidad de los documentos antes de ser devueltos a los agentes federales, tal y como había solicitado que se hiciera el expresidente estadounidense, informó CNN.
El exjuez federal en Nueva York Raymond Dearie, el candidato propuesto por Trump, fue finalmente el elegido para que actúe como perito y realice la revisión de los documentos confiscados, aunque lo deberá hacer antes del 30 de noviembre.
La decisión tuvo lugar después de que Departamento de Justicia aceptara el pasado lunes la propuesta del equipo legal de Trump para designar a Raymond Dearie como perito. Sus propuestas como peritos, los jueces federales retirados Barbara Jones y Thomas Griffith, no salieron adelante, según recoció la citada cadena de televisión.
Era juez en el tribunal federal de Brooklyn
Dearie fue propuesto por los abogados de Trump la semana pasada, en medio de una batalla legal sobre si una persona externa a la investigación debía revisar los documentos para determinar si alguno de ellos debía ocultarse a los fiscales federales que investigan el posible mal manejo de material clasificado y la posible ocultación, manipulación o destrucción de registros gubernamentales.
El juez nombrado como perito, de 78 años, se desempeñaba hasta hace poco como juez en el tribunal federal de Brooklyn, aunque en un estado superior. Fue nominado al Tribunal Federal de Nueva York por el expresidente Ronald Reagan.
La decisión de nombrar a un perito, no obstante, retrasa, al menos temporalmente, una investigación criminal de alto perfil sobre el posible mal manejo de información clasificada en la casa y el club del expresidente en Florida, así como la posible ocultación, manipulación o destrucción de registros gubernamentales.
Entre los documentos que recogieron los agentes del FBI durante la redada a la residencia de Mar-a-Lago el pasado mes, se encontraron algunos archivos confidenciales que incluso describirían las defensas militares de un Gobierno extranjero, incluidas sus capacidades nucleares.