El Papa manifestó durante la audiencia general de este miércoles que la “vejez es una promesa”, por lo que “querer la eterna juventud es delirante” y consideró la ancianidad el “tiempo propicio” para dar testimonio de la espera “anhelante” ante el encuentro definitivo con Cristo.
Por ello, durante la reanudación este miércoles de su ciclo de catequesis dedicado a la vejez, el Pontífice sostuvo que sería “interesante” que las iglesias locales acompañen a las personas ancianas y les ayuden a “reavivar el ministerio de la espera del Señor”.
Francisco ofreció sus reflexiones tras su viaje apostólico a Canadá y se refirió a la ancianidad como un tiempo en el que se vive “con más madurez” la cercanía al encuentro con Dios. “Nuestro lugar estable no está en la tierra, sino junto al Señor y en la vida somos aprendices. Detener el tiempo es imposible”, expresó.
Según reseñó Vatican News, el Pontífice celebró su decimosexta catequesis sobre la tercera edad, un tiempo que dijo está “proyectado hacia la plenitud” y que es un “pasaje” a través de la fragilidad de la fe y del testimonio y “de los desafíos de la fraternidad”.
El Papa manifestó que en la catequesis se contempla a Jesús que se despide de sus discípulos pero con palabras de consuelo, ya que les dice que no se inquieten porque va a prepararles un lugar en la Casa de su Padre. “En el seguimiento de Jesús, recorremos el camino de la vida como aprendices, experimentando dificultades y fatigas“, reflexionó el Obispo de Roma, quien resaltó que en ese camino se invita con la gracia de Dios a salir de uno mismo e ir “siempre más allá” hasta llegar a la meta definitiva, “el encuentro con Cristo”.
