El aliviamiento de algunas sanciones económicas contra el sector petrolero del Estado venezolano, por parte de la Casa Blanca, pone bajo el foco global a una industria millonaria en reservas de crudo, pero empobrecida en sus números recientes por un múltiple abanico de dificultades.
La Voz de América resalta el perfil contemporáneo de la producción petrolera de Venezuela, mientras Washington parece abrir una ventana de posibilidades que aún están por definirse en el futuro inmediato de esa nación suramericana.
El pulmón de Venezuela
La industria petrolera es la quintaesencia de la economía venezolana desde el llamado reventón del primer pozo de crudo, en diciembre de 1922, en el estado occidental de Zulia, a 700 kilómetros de la capital, Caracas. El Barroso II, como se le conoció en todo el mundo, se mantuvo regurgitando petróleo por 10 días.
Se calcula que las ganancias por explotación petrolera han representado desde entonces entre 90% y 95% del Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela.
El expresidente Hugo Chávez y también su sucesor, Nicolás Maduro, aunque en menor medida, hicieron votos para que el país dejara de ser “rentista” o dependiente de sus cuotas de crudo y, además, que la economía nacional se diversificara en otras industrias. Ese hito nunca llegó, sin embargo.
Venezuela, de hecho, vivió dos grandes momentos recientes por el alza mundial de los precios de los barriles de crudo. Los economistas los llaman booms petroleros, por las tarifas de más de 100 dólares (USD) por cada barril: entre 2004 y 2008; y, luego, entre 2011 y 2014. Según investigaciones del economista y director de la firma Capital Market Finance, Jesús Casique, el Gobierno obtuvo ganancias de USD 290.968 millones en aquel primer boom.
La oposición venezolana a los gobiernos chavistas ha acusado al oficialismo de “saquear” las arcas petroleras del país con prácticas de corrupción e ineficiencia.
Cerca de los 700.000 barriles
La producción petrolera se ha desplomado durante el mandato del presidente Nicolás Maduro. El oficialismo suele culpar de ello a las sanciones económicas de Estados Unidos contra su industria prima, pero cifras oficiales dan cuenta de un descenso paulatino de la producción mucho antes de que el expresidente Donald Trump anunciara sus medidas en ese sector, entre 2019 y 2020.
Venezuela producía 2,5 millones de barriles de petróleo al día (bpd) en 2013, cuando Maduro ascendió al poder. Poco a poco, esos números fueron cayendo mientras el país se sumía en una crisis económica ajena a las sanciones: en 2016, bajó a 2,2 millones de bpd, en promedio; en 2017, a 1,9 millones; en 2018, a 1,4; y en 2019, ya sancionado, la nación produjo 878 millones de barriles.
Expertos petroleros advierten que la crisis en la industria petrolera previa a las sanciones extranjeras se concretó por falta de mantenimiento de los sitios de operaciones, la corrupción gerencial, el incremento de la nómina de Pdvsa y la ausencia de mano de obra calificada en los campos y las direcciones oficiales.
El peor año de producción fue 2020, cuando rondó los 527.000 bpd. Dos años luego, la cooperación de Rusia e Irán para evadir sanciones en el mercado financiero y reactivar moderadamente los campos petroleros han permitido a Venezuela escalar su producción hasta cerca de los 700.000 bpd.
El país suramericano produjo en abril pasado 775.000 bpd, es decir, 47.000 más que el mes anterior, de acuerdo con los reportes del gobierno de Maduro a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Venezuela es la meca de las reservas petroleras probadas del mundo. Su subsuelo tiene 303.000 millones de barriles de crudo, en promedio, según un informe energético publicado en 2010 por la agencia de inteligencia de Estados Unidos. Solo Arabia Saudita (260.000 millones) y Canadá (170.000 millones) se le acercan en esa categoría.
¿Rumbo a dos millones?
El presidente Maduro ha reiterado su meta de producir dos millones de barriles al día, una cuota similar a la de hace cuatro años. El país tendría que triplicar en solo meses su cuota de extracción y exportación de barriles de petróleo, lo que expertos independientes del sector consideran imposible e ilusorio.
“Este año vamos a dos millones de barriles diarios llueva, truene o relampaguee. Este año recuperamos la producción petrolera de la mano de la clase obrera”, indicó en marzo el mandatario venezolano durante un acto oficial.
SuGgobierno reportó cerca del día de Navidad, en diciembre de 2021, que había llegado al “hito” de producir un millón de barriles, pero los informes oficiales no reflejaron luego esos números. Economistas indicaron que ello se debe a que el Gobierno quizás haya alcanzado la cifra en un día o momento específico.
Reparaciones necesarias
Venezuela aspira a incrementar su bombeo de crudo en medio de un veto internacional a la energía del segundo productor de petróleo del mundo, Rusia, por su incursión armada en Ucrania. El reto es, sin embargo, cómo producir lo suficiente para países como Estados Unidos si su parque refinador está operando al 10%, se preguntó en marzo el economista Rafael Quiroz.
Irán anunció la semana pasada la firma de un acuerdo con Venezuela por 110 millones de euros (USD 115,7 millones) para que su Compañía Nacional Petrolera de Ingeniería y Construcción ayudase a Pdvsa a poner en óptima marcha su refinería El Palito, una de las más grandes del país suramericano.
De acuerdo con el vocero de una matriz de la compañía petrolera iraní, El Palito solo opera al 50% de su capacidad, de 140.000 bpd.
La meta con Chevron
La administración estadounidense del hoy expresidente Donald Trump ordenó en abril de 2020 a Chevron “cesar gradualmente” sus actividades petroleras y reducirlas a un mero “mantenimiento” de sus activos. También, le prohibió establecer negociaciones directas con la empresa estatal venezolana.
Chevron es la única gran compañía petrolera de Estados Unidos presente en Venezuela. El especialista en economía y petróleo, Antonio De La Cruz, explicó en marzo pasado a la VOA que Chevron produce entre 120.000 y 130.000 barriles de petróleo mediante una figura conocida como empresa mixta, en la cual el Estado venezolano tiene mayoría. La aspiración de la compañía norteamericana es poder producir 400.000 barriles de crudo al día y sumar una cuota similar producida por Pdvsa para comercializarlo fuera del país, dijo.
Dos puntos clave para llegar a esa cuota de 800.000 explotados y comercializados por Chevron, anticipó De La Cruz, son la flexibilización de las sanciones del gobierno de Joe Biden y una modificación legal en Venezuela que permita a Chevron tener mayoría de acciones en esas empresas mixtas.
Son temas que, desde esta semana, la compañía estadounidense podrá tratar cara a cara con el antes vetado Gobierno venezolano.
Con información de VOA.